La casa-palacio de Palafox perteneció a los marqueses de Lazán, de la que José de Rebolledo Palafox y Melci era parte . Fue remodelada a finales del siglo XVIII (fuente: Guía Histórico-Artística de Zaragoza, pg. 341). Es un sencillo edificio de ladrillo, con la fachada exterior trabajada en yeso. Tiene cuatro alturas, estando el piso noble con balcones.
Palafox es conocido por ser la cabeza de la defensa de Zaragoza durante el asedio de las tropas francesas en la Guerra de Independencia. Su fortaleza personal frente a las amenazas galas le llevó a afirmar que "no se rendirme: después de muerto hablaremos" (Zaragoza, Benito Pérez-Galdós, pg. 41). Y eso sucedió.
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