¿Una casa sana es lo que todos buscamos? Probablemente es lo que todos deseamos, pero no es ni de lejos lo que la mayoría busca cuando se plantea un cambio de vivienda.
Una buena ubicación, una distribución adecuada, un diseño atractivo, materiales de calidad… está claro que son aspectos que todos tienen en cuenta. Y la verdad es que todo eso es importante, pero no debería ser suficiente. Afortunadamente, cada vez son más los usuarios que desean, buscan y exigen una casa sana.
Imagen: tommerton2010
Muchos son los factores que hacen de una vivienda una casa sana, entre ellos una buena calidad de aire interior.
La calidad del aire interior, al contrario de lo que la gente cree, no sólo se ve afectada por el aire exterior. Todo lo contrario, la cantidad de fuentes contaminantes en el interior del edificio puede llegar a ser importante.
Para conseguir una casa sana hay que tener en cuenta que los materiales de construcción, los productos de limpieza, los pesticidas, los revestimientos o el mobiliario pueden contener sustancias contaminantes que se liberan en el aire interior a temperatura ambiente (los conocidos compuestos orgánicos volátiles COV) o de forma mucho más lenta y difusa (compuestos orgánicos semi-volátiles COSV).
Estas sustancias presentes en el aire de nuestras viviendas son nocivas para la salud, por ello debe preocuparnos y mucho con que materiales están construidos los espacios en los que vamos a pasar aproximadamente el 80% de nuestra vida, pues, una buena elección de los materiales puede ayudarnos a limitar la contaminación interior y conseguir una casa sana.
Las Etiquetas Ambientales para una casa sana:
Existen numerosos etiquetados ambientales que, en general, lo que permiten es identificar aquellos productos que tienen un impacto ambiental menor que otros productos de su misma categoría, tanto en lo que se refiere al impacto medioambiental como al impacto en el ambiente interior de la vivienda.
La utilidad de las ecoetiquetas, para conseguir una casa sana, reside en que existe total transparencia, es decir, los beneficios ambientales exigidos a un determinado material o producto están siempre a disposición de los usuarios y pueden descargarse o solicitarse desde las diferentes páginas web de cada una de las entidades que otorgan este tipo de sello.
En cuanto a su clasificación podemos hablar de dos grupos diferenciados, las etiquetas reglamentadas (tipos I y III) y las no reglamentadas (tipo II) que son las que no están sometidas a la verificación por una tercera parte u organismo reconocido.
Las etiquetas reglamentadas ofrecen serias garantías, pues para este tipo de distintivo es necesaria la existencia de un organismo competente que valide el cumplimiento de una serie de requisitos preestablecidos.
La etiquetas de tipo III, aún no están del todo implantadas pues todavía no existe una regulación común, mientras que las etiquetas de tipo I son las más extendidas y ya actualmente se puede encontrar una amplia gama de productos de construcción con este tipo de etiquetas.
Las ecoetiquetas del tipo I más interesantes son las siguientes. Os dejo el enlace a cada una de sus páginas web para que podáis indagar exactamente en qué consiste cada una de ellas, a qué tipo de materiales pueden referirse y qué condiciones han de cumplir cada uno de ellos:
- Distintivo de Garantía de Calidad Ambiental, de la Generalitat de Cataluña (www.gencat.net)
- Etiqueta ecológica de la Unión Europea (www.eco-label.com)
- AENOR Medio Ambiente (www.aenor.es)
- Ángel Azul del Ministerio de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania (www.blauer-engel.de)
- Cisne Blanco, del Equipo Nórdico de ecoetiquetaje compuesto por Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia y Dinamarca (www.svanen.nu)
- Elección Ambiental del Gobierno de Canadá ( www.environmentalchoice.com )
- NF medio ambiente AFNOR (www.afnor.fr)
- FSC- Forest Stewardship Council (www.fsc.org)
Cada una de estas etiquetas esta enfocada a uno o varios productos de la construcción y merece la pena conocerlas y exigirlas, en la medida de lo posible, para los productos de construcción y decoración que vayamos a “invitar” a nuestra casa, para hacerla una casa sana.
Porque, a diferencia de las visitas, los materiales de construcción vienen a nuestras casas para quedarse… pensad en esto la próxima vez que os plantéis una mudanza o incluso una pequeña reforma y conseguiréis así vivir en una.