Tras adentrarse en la ignominiosa mentalidad de los coyotes que abusan de los que quieren cruzar el Río Grande, Javier Velasco ha dirigido su mirada a los que, en la negritud de la noche, encomiendan su esperanza a una precaria embarcación. Cayucos y pateras que constituyen, como lo fuera La Balsa de la Medusa, emblemas de nuestro naufragio civilizatorio. Algunos piensan que lo mejor sería blindarnos, cerrar todas las fisuras, y que los otros, siempre situados en el ámbito de lo oscuro, se las arreglen como puedan, esto es, que perecieran sin que nosotros tuviéramos que saberlo o lo experimentáramos católicamente a mayor gloria del sentimiento compasivo. La inmoralidad efectiva podría ser nuestra canción de cuna.
(FERNANDO CASTRO FLÓREZ, “La herida de la frontera”, Diario ABC)