¿Cedo el control o tomo las riendas?

Por Lucia Lucía R. Alonso @lucialonsoe3

A menudo te habrá llegado que para que las cosas fluyan es importante “Ceder el Control“, ya que el Universo nos depara aquello que necesitamos para nuestro aprendizaje, nuestra evolución y nuestro bienestar.  Por otro lado, cada uno de nosotros somos responsables de nuestros actos, pensamientos y decisiones y la aceptación de esa responsabilidad sólo puede hacerse si uno es consciente de “tomar las riendas de su vida”. 

Entonces qué: ¿cedo el control? o ¿tomo los riendas?, parece contradictorio, eh?

Ceder el control significa permitir y estar abierto a todo lo que llegue a tu vida: nuevos caminos, oportunidades inesperadas, nuevas personas, ideas, retos,…  Tomas las riendas cuando escoges entre dichas posibilidades.  Lo importante es saber escoger aquellas que te proporcionan bienestar y felicidad, y notarás que es así por una sensación de bienestar físico, unas cosquillas agradables en el estómago, una sonrisa satisfecha…  La elección que te produce bienestar es significado de que avanzas en tu aprendizaje de vida.

Pongamos un ejemplo muy simple: supongamos que llega a ti por diversas vías (un libro, artículos de prensa, el comentario de un amigo, una película…), un mensaje  que te hace pensar que no debes comer chocolate.  Te has dado cuenta de como se ha repetido el mensaje en los últimos días y como estás abierto decides ceder el control sobre tu propio deseo y dejar de comer chocolate (eso que te encanta!).

Eso es obediencia, no aprendizaje.  Cuando entiendes, cuando sientes de forma consciente lo que el chocolate genera en ti, entonces ya no quieres comerlo, eso es aprendizaje.  Eso es el aumento de conciencia.  (Valga el ejemplo del chocolate, que luego continuaría descubriendo el motivo por el que te sienta mal, pero ya es otro capítulo…)

Depende de tu evolución actual trabajarás más desde la obediencia y poco a poco irás integrando el aprendizaje.  Sea cual sea tu situación, está bien, porque estás tomando conciencia de ella.

El objetivo de vida no es aprender a ser obedientes, sino conscientes.