Por superstición a la gente local no les gusta verlos, y a veces los apartamentos cuyas ventanas miran en esa dirección acaban siendo más baratos, pero sin duda esa morfología de cementerio que sólo recuerdo del Cementerio de Montjuïc en Barcelona (imagen), y de los cementerios de Sarajevo, es una anécdota urbana y social digna de mención en una ciudad como esta.
Por superstición a la gente local no les gusta verlos, y a veces los apartamentos cuyas ventanas miran en esa dirección acaban siendo más baratos, pero sin duda esa morfología de cementerio que sólo recuerdo del Cementerio de Montjuïc en Barcelona (imagen), y de los cementerios de Sarajevo, es una anécdota urbana y social digna de mención en una ciudad como esta.