Cenicienta

Por Drajomeini @DoctoraJomeini
Erase una vez un médico muy sabio que amaba su profesión, que estaba casado con una enfermera muy sabia que amaba su profesión. Los dos, después de muchos intentos, concibieron una hija bella, inteligente y habilidosa a la que llamaron Familia. Cuando Familia era pequeña, su madre falleció por mala gestión. Y su padre volvió a casarse. Pero lo hizo con alguien que primaba el prestigio al buen hacer y que, poco a poco, ahogó el criterio del buen doctor, que murió de desidia. Familia fue, entonces, relegada al desván de la casa MIR donde vivía. Sabía coser muy hábilmente, pero no era Coco Chanel. Sabía cocinar muy bien (tanto que los vecinos de los alrededores comentaban la exquisitez de sus recetas), pero no era Ferrán Adriá. Y, aunque era la más bonita de las mujeres que habitaban la casa, como iba cubierta de ceniza, nadie se fijaba en ella y nadie veía su valía. Hasta que un día llegó a la casa una invitación al I Congreso de la Blogosfera Sanitaria. La madrastra y dos hijas de la generación ni-ni que tenía se pusieron como locas y se apuntaron enseguida, pero no dejaron a la pobre Familia que se acercara al ordenador. "No hay presupuesto para ti" - le dijeron. Familia lloraba desconsoladamente cuando, de pronto, entre las cenizas de la chimenea, oyó una música celestial. Era el e-phone de su hado madrino Rafa Bravo que le mandaba un mensaje: "Ven. Es gratis". Así que Familia se vistió con sus mejores galas, se calzó unos tacones que ni Mónica Naranjo y se fue al Blogocongreso en metro (que lo de la carroza de cristal ya no se lleva. A ver quien mete cuatro caballos en el atascazo de Madrid...). Y no perdió zapato de cristal ni nada, que está la cosa muy malita económicamente como para ir perdiendo zapatos por ahí. Faltaría más.
Nota: Contra-post al de Sophie "¿Por qué la Medicina de Familia es la Cenicienta del sistema sanitario?"