La cerveza se obtiene de materias primas muy sencillas: agua, cebada, lúpulo y levaduras. Durante la elaboración de las sin se elimina el alcohol, quedando cantidades mínimas residuales.
Una de las diferencia de la cerveza “sin” con la cerveza tradicional es el aporte calórico. La cerveza sin alcohol aporta menos calorías debido a la eliminación o reducción del alcohol.
En cuanto a sus nutrientes no hay variedades significativas respecto a la cerveza tradicional. Contiene un 95% por ciento de agua, un 4% de hidratos de carbono y trazas de grasas y proteínas.
Su contenido en vitaminas no es muy elevado. Únicamente destaca el aporte de ácido fólico contenido en cada botellín (siempre sin alcohol) aporta el 10% de las necesidades recomendadas.
En cambio, sí que cabe destacar el aporte de minerales como el potasio o el cromo. Por el contrario, la cantidad de sodio es pequeña (hiposódica). El sodio puede ser responsable de una mayor retención de líquidos por el organismo, preocupante en casos de hipertensión en los que se recomienda que la ingesta de este mineral sea muy baja.
La cerveza sin alcohol es una alternativa para las mujeres consumidoras habituales de cerveza que están en estado de gestación y/o lactancia. Además de hiposódica, la cerveza sin alcohol apenas tiene calorías (17 Kcal/100 ml). Por esta razón, la cerveza “sin” puede ser también una opción muy recomendable en dietas de adelgazamiento, puesto que además ayuda a romper la monotonía de la dieta.
Besos desde mi blog!!!