Cesar Paternosto nació en La Plata en 1931 (Argentina). Actualmente vive en Segovia (España).
Encontramos su obra en: el MoMa, el Guggenheim y La Fundación Ford en Nueva York; el Museo de Bellas Artes de Boston; el Kunstmuseum Bern, Suiza; el Museo Nacional de Arte Reina Sofía y el Thyssen de Madrid, la Colección Patricia Phelps Cisneros y Ella Fontanals-Cisneros en Venezuela, el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) y el Museo de Arte Moderno (MAMBA) en Argentina, entre muchos otros Museos y colecciones privadas.
Afirma Paternosto "cuando fui a las clases de Héctor Cartier me cambió la vida. Ahí me di cuenta de que había nacido para eso." Los preceptos de Cartier le daban importancia a la percepción y el mismo profesor reflexionaba que el arte es una comprensión sentida como emoción vivida, no aprendida sino sabida, porque cuando se olvida lo aprendido nos dará una imagen única sabida, Cartier considera que el arte es una forma de compresión.
"Si creo, por creencia y creación, elijo el creer porque opto por lo positivo".
Por otra parte, Lalo Panceira se refiere así a este movimiento:" nos asumimos como pintores y nos sentíamos representados por el informalismo, "la beat generation". .... El informalismo tuvo en La Plata su clara y única manifestación en el Grupo SI. Fuimos una consecuencia o derivación de un movimiento cuyo origen más cercano se remonta al expresionismo y con influencias innegables del surrealismo"
El artista reconoce la inspiración de Antoni Tápies en su periodo informalista y de Joseph Albers cuando asiste a una muestra expuesta en el Instituto Di Tella de Buenos Aires. En esta etapa elabora una serie denominada: "de los balones mágicos" con collages de papel metálico y óleo compositivamente armados con círculos de bandas de color.
Dice el autor "el pasaje del informalismo a la llamada " geometría sensible " en mi caso no está muy definido". Paternosto buscó dejar de lado el uso de líneas y compases, lenguaje propio del arte concreto, que le imprimía rigidez a la ejecución llegando a obtener formas geométricas más elementales. En 1965 abandona el papel metálico y empieza a elaborar una imagen más definida con bandas ondulantes, que fueron los antecedentes de su pintura hacia los bordes.
En 1966 gana el primer premio en la III Bienal Americana de Arte de Córdoba y estimulado por uno de los jurados Alfred Barr Jr., quien adquirió una obra suya para la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York y la positiva recepción de su obra en Estados Unidos decide, entonces, mudarse a Nueva York en el año 1967 "cuando me dieron el premio de la Bienal de Córdoba salté a Nueva York," donde estaba en auge el expresionismo abstracto, el pop y el minimalismo.
Esta forma de presentar la obra obliga al espectador a desplazarse, rodear el cuadro y desafiando la frontalidad de éste le propone una nueva visión virtual desde diferentes ángulos para obtener una visión totalizadora y de esa forma compone la obra similar a la del cubismo, transformándola en un objeto escultórico. Siguiendo las indicaciones de su maestro Cartier el cuadro se trasforma en una emoción vivida y no aprendida porque emerge del inconsciente. Refiere Debora Levit "Desde cada perspectiva o cada posición se puede ver un cuadro, pero no todos los cuadros desde una única visión. Se reconstruye así la noción de perspectiva. Deja de ser una ilusión, para ser una percepción".
Para Paternosto la abstracción geométrica es un reflejo de la espiritualidad del ser humano, piensa que la biaxialidad del arte prehispánico proviene del tejido y esta biaxialidad le permite elaborar una obra ortogonal donde las líneas verticales y horizontales se entrecruzan con las oblicuas. Las composiciones tienen reminiscencia de los planos de su ciudad natal La Plata que está construida como damero con diagonales a 45°, esta vivencia de su infancia fortalece la cuadratura en sus construcciones.
En octubre de 2019 César Paternosto inauguró en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires una retrospectiva de 38 obras que abarcó desde sus inicios en 1960 hasta la actualidad. En ella se destaca una instalación Deconstrucción pictórica de la cual el autor opina "permite entrar a un cuadro: el viaje que hace el ojo frente a las pinturas ahora lo hace el cuerpo, transitando un espacio donde los puntos de percepción van variando".
Cesar Paternosto, artista visual argentino que vivió la mayoría de su vida fuera de su país primero en y luego en España. Sin embargo, sus recuerdos ancestrales permanecen en su memoria, las calles de La Plata, los restos arqueológicos de los Pueblos originarios de Argentina en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata, que le despertaron la inquietud por las culturas precolombinas, sus viajes a los restos arqueológicos de la cultura prehispánica de América de Sur, su integración con la cultura occidental en Nueva York. Todo ello contribuyó a crear una imagen única, que olvidando lo aprendido se convierte en una emoción vivida y sabida, de acuerdo a los principios de su maestro Héctor Cartier.