Chateau Grand Barrail

Por Castrovita

Hoy en Gastrovita visitamos Saint-Emilion, un precioso pueblo medieval declarado patrimonio de la UNESCO y ubicado en el corazón de la región vinícola de Burdeos, en Francia.

Ya en el Siglo II los romanos plantaron viñedos en estos terrenos de la margen derecha del Río Gironda, donde actualmente se cultivan sobre todo uvas Merlot y Cabernet Franc. Saint-Emilion es junto a Medoc, Pomerol y Graves una de las principales denominaciones de la Región de Burdeos, aunque hasta el año 1955 no estuvo incluída en la clasificación, por ser comerciantes de Libourne y no de Burdeos los que distribuían los vinos de la margen derecha.

Chateau Grand Barrail

Miembro de la prestigiosa cadena “Small Luxury Hotels of the World”, el Chateau Grand Barrail es un lujoso hotel que se encuentra a apenas tres kilómetros de Saint-Emilion. Construído a finales del S. XIX , inaugurado en 1903 y remodelado completamente en 1993 destaca por su forma de castillo de cuento de hadas, con sus torres y sus balconadas, y por su elegante construcción que se eleva entre las inmensas extensiones de viñedos que lo rodean. Los jardines adyacentes, donde se encuentran la piscina, el spa y un lago natural, son un remanso de paz desde donde disfrutar de unas inigualables puestas de sol sobre el infinito paisaje de viñas y chateaux.

La “Table du Grand Barrail” es el restaurante gastronómico del hotel, que cuenta con tres salones: el salón principal, la sala redonda y la sala morisca, que es una elegante estancia decorada con motivos árabes y rodeada de coloridas vidrieras históricas y molduras únicas en sus techos y paredes que proporcionan una luminosidad y un colorido genial a la sala.

El chef Romain Gondras propone cada día menús creativos y ligeros inspirados en la cocina tradicional de la región de Aquitania. La extensa y cuidada carta de vinos, en la que predominan los de Burdeos, especialmente los de la margen derecha, nos recuerdan permanentemente que estamos en plena zona vinícola.

El menú básico que tuve ocasión de degustar constaba de un aperitivo, un entrante, plato principal, quesos y postre, de entre los que destacaríamos el entrante, que fue un tártar de vieira acompañada de alcachofa y coliflor.

El carro de quesos también merece ser destacado, con una cuidada selección de distintas variedades, intensidades y sabores. La tradición del surtido de quesos antes del postre es una de las costumbres francesas que más disfruto…

En cuanto a los vinos, destacamos el tinto Grand Cru de 2007 Grand barrail La Marzelle Figeac, de producción propia en los viñedos que rodean el castillo. Como crítica, el precio desorbitado de los vinos, que triplicaban en la carta su precio en tienda. Desde luego no es la mejor carta de presentación de los vinos de fabricación propia.

La experiencia

En este post he querido presentaros el restaurante del Chateau Grand Barrail como una buena mesa pero sobre todo como parte de una experiencia mayor que sin duda resulta ser muy recomendable: una escapada a Saint-Emilion. A apenas algo más de dos horas en coche desde San Sebastián, la visita a esta comarca proporciona una experiencia completa de relax, gastronomía, paisajes, historia, cultura y vino. Pasear entre los viñedos, a pie o en bicicleta (que alquilan en muchos sitios), recorrer la ciudad visitando sus históricos monumentos, merodeando por las exquisitas tiendas de recuerdos, artesanías o vinos, o simplemente sentarse en una de las terrazas de la plaza del mercado a degustar un buen Burdeos disfrutando del paisaje, del ambiente y de las gentes.

Esta que os propongo es una escapada de fin de semana especialmente interesante para aquellos amantes del vino que quieran acercarse a los caldos de esta región, ya que podrán visitar infinidad de bodegas, hacer rutas guiadas por distintos viñedos y participar en todo tipo de catas de gran calidad.

Para terminar la jornada, un rato de relax en el spa, observar la puesta de sol y disfrutar de una deliciosa cena en el restaurante del Chateau Grand Barrail constituirán el complemento perfecto para un día inolvidable.

Os animo a que crucéis esa frontera. Saint Emilion está más cerca de lo que pensáis.

Un fuerte abrazo a todos los seguidores de Gastrovita!