Chucho Fernández habla del rodaje de Los Olvidados.

Publicado el 10 junio 2017 por Rawpower
Ayer estaba chateando con Chucho Fernández, actor argentino muy versátil e intenso con una gran lista de películas a sus espaldas, sobre su último trabajo hasta la fecha: Los Olvidados (What The Waters Left Behind) la nueva película de los hermanos Onetti, durante la conversación surgió la posibilidad de realizar un post sobre alguna anécdota surgida durante el rodaje de la película y, muy amablemente, Chucho se ofreció a enviarme un texto con sus impresiones y una anécdota bastante, por decirlo de alguna manera, espeluznante; a continuación transcribo literalmente lo recibido.
Espero que os guste saludos y buen sábado amigos/as de El Terror Tiene Forma.

Recordando el rodaje de “What The Waters Left Behind “ ( Los Olvidados ).

Película dirigida por los hermanos Onetti (Luciano y Nicolás), con producción de este último, en conjunto con INCAA.


No tiene uno más que reconfortarse como actor, al poder llevar adelante semejante personaje, como el que me toco en suerte.
Cuando el camarada Jesús Martí me pregunta por una anécdota que yo recuerde de esas jornadas de trabajo, vienen a mi mente casi como imponiéndose, las jornadas de crepúsculo o noche cerrada, en donde había que andar por la localización, con los atuendos del personaje y la caracterización encima esperando para reanudar el rodaje, esto sumado a la apocalíptica escenografía natural de Epecuen, con sus casas devastadas, su cementerio abandonado, y la omnipresente presencia de sus aguas, extremadamente salinas, daban a la situación un aire extraño y misterioso.En una ocasión, vagando por esas ruinas, y en un break de la grabación, me adentre por fuera de la parafernalia de luces que el Set propiamente dicho delimitaba, y caminando fui a parar, casi sin querer ( o si…) al mismísimo cementerio, ( donde tenía que rodar algunas escenas, pero que por problemas con el Plan de rodaje y otros compromisos adquiridos previamente, estaba rodando un doble ). O sea que si o si, anduve al fin por el cementerio…Y en eso estaban mis pasos, recorriendo lapidas y encontrando historias de fallecidos, cuando una voz clara, muy cercana a mí, me dijo a mis espaldas: -” No te alejes mucho, que aun falta un plano tuyo…”
- “ Si si, ya estoy yendo, conteste…”

Yo no puedo contar ahora que sucedió porque, por mi caracterización ( no es fácil ver con el FX que llevo sobre los hombros ya que tengo reducida mucho la visión y solo puedo mirar para abajo) comencé a caminar lentamente guiándome por los ruidos de pasos de mi interlocutor, siguiendo por donde él iba, sin verlo, pero sabiendo hacia donde, más o menos, se dirigía.
Pronto llegue al Set de rodaje, hablando solo, y sin nadie que me acompañara o precediera. Más tarde supe, que no faltaba ningún plano mío y que tampoco había salido nadie en mi búsqueda…
Si fue una ocurrencia de algún compañero, ( Los Técnicos son de jugar esas bromas…) o alguna amistad sobrenatural con la que establecí vinculo, jamás lo sabré.Pero cuando conté la anécdota en el desayuno, previo a la jornada siguiente, a nadie le causo gracia… Y ya no volvimos a hablar sobre el tema del aparecido aquella noche…
Jamas olvidare ese momento, y es muy difícil también que logre sacar de mis retinas, el desolador paisaje que proponen las Ruinas de Epecuen, tal y como hoy se las conoce mundialmente.
Yo ya había rodado en esa localización la película Daemonium (2015), dirigida por Pablo Parés, el tener la oportunidad de volver para dar vida a mi personaje (un endemoniado individuo), que sin lugar a dudas dejara en la platea la sensación de haber visto a quién no deberían haber visto jamás, ha sido una suerte pues el rodaje de ‘What the waters left behind’ ha sido una cadena de sucesos increíbles e inesperados, que creo que sorprenderá por su enloquecedor relato a todos los seguidores del cine de terror.La idea de los directores es estrenar la película en el Festival de Sitges (su 50 aniversario, por cierto), aprovechando el imponente marco para que todo el público europeo y catalán (por supuesto) pueda dar crédito a mis palabras y al excelente trabajo realizado.