Trabajos con una gran carga de originalidad que tienen en sus enormes dimensiones, quizás esencialmente, la clave de su espléndido reconocimiento. Ya que la práctica empleada por Chuck, pone de manifiesto o le permite mostrar tanto los propios efectos del acabado fotográfico como pueden ser la distorsión y falta de nitidez, al mismo tiempo que las imperfecciones en las caras retratadas. Dotando de especial relevancia a la piel, arrugas y cabellos del modelos en contraste con sus coetáneos. Hecho que añadido al trato de los poros o expresión de los ojos confiere a sus retratos una carga de realismo extraordinaria.
Un estilo peculiar que responde a una curiosa técnica: Se pone una cuadrícula sobre la fotografía, una vez plasmada es traspasada a otro formato con la dimensiones proporcionales al lienzo colosal que pretende pintar. Ahora, mediante pintura acrílica, el aerógrafo y copiar meticulosamente cuadrícula por cuadrícula el orginal, da comienzo la confección de la obra. No obstante a lo largo de los 80, Close desarrolla otra técnica más innovadora llamada de "las huellas digitales". Con el pulgar y el índice (principalmente) se presiona sobre el lienzo consiguiéndose en la distancia una fiel reproducción de la instantánea. Reproducción que aunque de cerca le sean palpable la impresión de huellas dactilares, a lo lejos e incluso tras un exhaustivo análisis no permite tal sensación.
Técnica no obstante modificada posteriormente tras sufrir una grave enfermedad. En 1988, a causa de un trombo medular quedó prácticamente paralizado, postrado en una silla de ruedas. Limitaciones físicas que no supusieron el fin de su vida artística, adaptando su forma de pintar a la nueva situación. (Pincel atado a muñeca y antebrazo; en la actualidad además se utiliza un elevador para mover el cuadro y ajustarlo a sus necesidades). Así en la década de los noventa, sus trabajos están configurados a partir de pequeños cuadrados que conforman un cuadro repleto de minúscula composiciones abstractas, ovaladas y sinuosas. De este modo reconstruye magistralmente el rostro de los retratados o el suyo propio, aunque con un menor grado de realismo. Sin embargo según su opinión: "Mis retratos nuevos tienen un aspecto festivo que no estaba allí antes ... porque me siento enormemente feliz por haber sido capaz de volver al trabajo"
Añadir que su dilatada trayectoria ha sido objeto de más de ciento cincuenta exposiciones: en París, Nueva York, Atlanta, Miami, Viena, Atenas,...
Mark (1978).
Lucas (1987).
Francesco (1988).
Autorretrato (1997).
Autorretrato (2001).
Lyle (2003).
Autorretrato (2005).
Bill Clinton (2006).
Shirley (2007).