Chuletas en salsa

Por Manuelaperezescribano
Ingredientes

8 chuletas de cabezada

Ajos / Pimienta en grano

Tomate / Aceite de oliva

Cebolla / Colorante

Vino blanco / Sal

Elaboración

1.- Ponemos sal en las chuletas, las enharinamos y las sellamos en aceite de oliva.

2.- Una vez selladas, las ponemos en una olla (yo he usado una plana) junto con los tomates, yo he usado dos, pelados y troceados, la cebolla troceada, los ajos y el colorante.

3.- Agregamos, también, el vino y agua hasta cubrirlas. Es el momento de poner la pimienta en grano.

4.- Dejamos que todo hierva, tranquilamente, sin prisas, ese es el truco de los platos, dejar que los sabores se mezclen de a poquito.

5.- Pasada una hora y media, más o menos, nuestras chuletas estarán listas, y la salsa resultante está para chuparse los dedos!!!

Para acompañar a las chuletas he cocido unas patatas con mantequilla.

Este plato es de toda la vida para mi. El primer recuerdo que tengo de él, es en casa de mi tía hace muchos, muchos años. Recuerdo la cocina que tenía junto al patio, con una mesa redonda de madera. En la cocina, además de cocinar, se pasaba muchas horas, por ejemplo planchando. Aún recuerdo la plancha que ponía sobre ascuas para que se calentase. Mi tía fue muy reticente a comprarse una plancha eléctrica, decía que las de carbón planchaban mejor. Este plato era uno de los especiales para mis tíos, para unas personas criadas en la posguerra española, comer chuletas era todo un lujo! A mi tío le encantaba, siempre le decía a mi tía: Viti, que rico te ha 'salio'.

El tiempo pasa muy rápido, hoy la casa de mis tíos es un bloque de pisos, ellos se mudaron al centro del pueblo y mi tío Rafa ya nos dejó. A lo largo de la vida acumulamos experiencias, buenas y malas, saberes.... pero, sobre todo, acumulamos cariños, esos cariños son los que nos hicieron como somos y nos ayudan a seguir cada día. Todos los que nos quisieron y formaron parte de nosotros, continúan estando. Mi tío Rafa era muy cariñoso, un hombre muy alto y grande, pero más grande aún era su corazón.

Os dejo el giralunas de Aute, rebelde, curioso, inconformista y tenaz... preciosa canción, grande, muy grande Aute.

Pero yo no que no pretendo

fortalezas ni fortunas

solo un sueño soñaría

entre un mar de girasoles

buscaría un giralunas

que velara y desvelara

cada noche la otra cara

de la luna