Se concibe a la ciencia como uno de los campos del conocimiento, como una actividad humana integrada al desarrollo cultural y, por lo tanto, en relación e interacción con todos los elementos de la vida social. La sociedad plantea necesidades que impulsan el desarrollo científico, los avances en la ciencia contribuyen a las transformaciones sociales y las nuevas sociedades plantean a su vez otras necesidades.
En lugar de ajustarse a una definición, en el caso de un proceso complejo como es el desarrollo científico siempre resultará insuficiente. Se prefiere plantear algunos problemas que son materia de discusiones en el proceso de construcción del concepto de ciencia
En cada momento histórico la ciencia ha tenido un desarrollo que obedece, por una parte, a las necesidades derivadas de la forma de producción de bienes materiales como las casas, el vestido, los alimentos, las herramientas e instrumentos de trabajo y por otra, a las surgidas como resultado de una organización y relaciones sociales determinadas. No es casual, que por ejemplo, que gracias a los descubrimientos a la investigación científica que derivó a conocimientos biológicos, como son el uso de antibióticos, vacunas, y el conocimiento de las causas de las enfermedades se ha mejorado la calidad de vida de los seres humanos.
En las formas de ser, de pensar y actuar de las personas siempre se hacen presentes no solo sus, sentimientos, experiencias, propósitos, valores y vivencias de su historia individual sino toda la carga cultural del grupo social al que pertenecen , por lo que los científicos no se encuentran ajenos a este hecho. En la ciencia hay diferentes corrientes de pensamiento, y escuelas que explican un mismo fenómeno, de las cuales cada científico selecciona las que considera más adecuadas o válidas.
La concepción de la ciencia como una actividad objetiva, en la que no intervienen ni influyen los intereses económicos o políticos, las posiciones ideológicas, las visiones del mundo, se sustenta en la idea de que en la relación de conocimiento entre el sujeto y el objeto, este último es el elemento activo y al primero corresponde solo captar y registrar los fenómenos. Desde este punto de vista, la explicación generada reflejará la realidad, y será más profunda y precisa si sujeto y objeto se relacionan mediante instrumentos de observación cada vez más potentes y exactos.