Un estudio realizado por
investigadores de la Universidad de Texas en Dallas, UT MD Anderson Cancer
Center, UT Health Science Center en Houston y Baylor College of Medicine ha
producido evidencia de la fuente del dolor crónico en humanos, revelando nuevos
objetivos para el tratamiento del dolor. El documento, publicado hoy en la
revista Brain examinó las células
nerviosas especializadas de los ganglios de la raíz dorsal (DRG), y catalogaron
las variaciones en la expresión del ARN según el estado del dolor y el sexo. El
uso de la secuenciación de ARN, una forma especializada de secuenciación de
genes, en esas células DRG produjo una lista de vías bioquímicas prometedoras
para las cuales los investigadores podrían diseñar medicamentos analgésicos. Si
bien no hay manera de extraer y analizar el DRG de la mayoría de los pacientes
con dolor crónico, los investigadores creen que puede haber células proxy que
compartan los mismos marcadores. Los modelos preclínicos ya insinúan que las
células inmunes como las células T, mucho más fácilmente extraídas de un
paciente, podrían hacer precisamente eso. La neurogenómica computacional, giró
en torno a la identificación de genes diana de alta calidad para futuras investigaciones.