ZANAHORIA: Gracias a su alto contenido en betacaroteno (precursor de la vitamina A), ayuda a mantener la piel sana y bronceada, siendo beneficiosa para problemas de piel.
TOMATE: Gracias a su contenido en licopeno, que le confiere su particular color rojo, (y conocido por sus propiedades antioxidantes), ayuda a frenar el envejecimiento de la piel provocado por los radicales libres. Por otra parte, el licopeno también ayuda a estimular la producción de colágeno, proteína que mantiene la piel tersa y sin arrugas.
ACEITE DE OLIVA: Gracias a su alto contenido en ácido oleico y en vitaminas (a destacar la vitamina E), es un excelente antioxidante que ayuda nutrir, regenerar y suavizar la piel, tanto por su uso interno como externo. (Ya hablaré con más detalle de sus bondades en otro post).
ATÚN: Gracias a su contenido en Omega 3 ayuda a nutrir la piel por dentro. Los ácidos Omega 3 también poseen efectos beneficiosos en enfermedades inflamatorias de la piel (eczema y psoriasis). El atún también contiene selenio, un mineral con efecto antioxidante que ayuda a preservar la elastina, una proteína que se encuentra en la piel y ayuda a mantenerla suave y firme.
TÉ VERDE: los polifenoles contenidos en el té verde, poseen propiedades antioxidantes, anticancerígenas, antiinflamatorias e incluso antibióticas, lo que ayudan a prevenir dolencias en la piel. (Además de sus propiedades depurativas y adelgazantes). En su uso externo, la aplicación de compresas o bolsitas empapadas con té bien frías, pueden ser un excelente descongestivo para las bolsas de los ojos. Su uso en tónico, sirve para ayudar a mantener la frescura de la piel, aliviando los efectos negativos de la exposición solar.