Cirugía robótica en la Argentina: la técnica que mejora la destreza médica y la calidad de vida de los pacientes

Por Jguerra

Infobae entrevistó a uno de los 10 profesionales que participaron del revolucionario procedimiento al que fue sometido un hombre con cáncer de próstata y hernia inguinal. Por qué esta tecnología alivia el postoperatorio y facilita el trabajo de los médicos.

Un paciente de 73 años, con diagnóstico de cáncer de próstata y una hernia inguinal bilateral, con deslizamiento de vejiga de un lado y visceral del otro, fue intervenido en una sola operación conjunta con ayuda de un robot. Se trata de una operación extraordinaria en Argentina, de la que participaron diez profesionales de la salud de distintas disciplinas.

Los especialistas trabajaron simultáneamente en cirugía que se realizó en Buenos Aires en forma exitosa, con un post operatorio del paciente más breve y menos doloroso de lo habitual y con menos eventos adversos.

“El paciente tenía mucha expectativa por resolver estos dos problemas en un solo tiempo: pasar por una cirugía, una sola anestesia, una sola internación y salir con los dos problemas resueltos. Además, intervenirlos por separado le agregaba complejidad” explicó el médico Norberto Bernardo (MN 77886), profesor titular de urología y jefe de la División de Urología del Hospital de Clínicas José De San Martin.

El paciente tenía mucha expectativa por resolver estos dos problemas en una sola operación (Hospital de Clínicas)

“La elección de esta técnica parte de la evaluación del paciente, las chances de curación y la calidad de vida post-operatoria. En este sentido, la robótica disminuye la incidencia de complicaciones desde el punto de vista urológico -como son la impotencia y la incontinencia- y permite realizar intervenciones con altísimo nivel de seguridad y precisión. Entonces, la expectativa del paciente de poder resolver las dos patologías con un excelente post operatorio y una buena calidad de vida, justifican el uso de la plataforma robótica,” amplió a Infobae el doctor Flavio Marchesini (MN 92130), médico cirujano, Jefe de la Unidad de Cirugía del Hospital Juan Fernández de la Ciudad de Buenos Aires.

La intervención se realizó en el Sanatorio Otamendi de la Ciudad de Buenos Aires y se extendió por siete horas. Contó con la participación de dos cirujanos, dos urólogos, dos bioingenieros, un anestesiólogo, un cardiólogo y un equipo de dos instrumentadores quirúrgicos. Para esta operación se utilizó por primera vez el robot Da Vinci XI y consistió en extraer la próstata con las vesículas seminales, los ganglios linfáticos de los espacios a los cuales drena y solucionar las hernias colocando una malla tridimensional anatómica que se adapte a la anatomía del paciente para que tras la cirugía sienta menos dolor y se recupere más rápido.

“El paciente se fue de alta a las 48 horas y hoy hace su vida habitual, sin ninguna terapéutica de apoyo. Generalmente el post operatorio de la cirugía convencional es de siete días y en reposo absoluto. Hay mucha diferencia en el corto plazo: es menor la pérdida de sangre durante la operación, menor el dolor y son menos las secuelas (incontinencia de orina, eventraciones en los sitios quirúrgicos). Es muy satisfactorio que el paciente esté contento y que no sufra complicaciones”, describieron los especialistas.

El robot, un complemento que potencia la capacidad del profesional

El avance en las técnicas de operación no solo representa beneficios para el paciente sino que los profesionales destacan otras características, como la capacidad de realizar intervenciones de forma conjunta, tener mejor visibilidad del campo a operar y mayor comodidad, lo cual facilita la realización de intervenciones complejas y extensas sin agotarse.

“Si las hernias se resolvían en un primer tiempo, el abordaje de la prostatectomía radical nos resultaba mucho más difícil. Y si se resolvía solamente el cáncer de próstata, dejando pendiente -cosa que no corresponde- las soluciones de las hernias, hubiera sido más complejo para el equipo debido a que en una segunda intervención hay mayor cantidad de adherencias, son dos tiempos quirúrgicos”, relató Bernardo.

“En este caso particular, el lugar donde tiene que trabajar el urólogo para hacer la prostatectomía es el mismo espacio que yo necesito usar para hacer la reparación herniaria. Entonces, si hubiésemos hecho dos cirugías, el equipo que opera último se encuentra con un terreno quirúrgico muy hostil. Por lo tanto, son muchas las ventajas de una cirugía conjunta: no solo está la optimización de una sola anestesia, una sola internación, un solo estrés, sino que para el profesional es distinto operar un espacio quirúrgico virgen que un espacio quirúrgico de una reoperación” amplió Marchesini.

Son muchas las ventajas de una cirugía conjunta: optimización de una sola anestesia, una sola internación, un solo estrés (Hospital de Clínicas)

“Esta nueva versión del robot Da Vinci que opera desde hace varios años en todo el mundo tiene mejor visión 3D y 4K, lo último en tecnología, agiliza los tiempos de preparación pre operatoria, como colocar el robot en posición para operar. Permite ver mediante nuevos filtros de luz ultravioleta la vascularización de los tejidos, es decir la irrigación de sangre. Sería como ver con anteojos de visión nocturna. También permite realizar una cirugía multicuadrante, para operar en varios sectores del abdomen, por ejemplo. Permite multiplicar por tres la precisión, de decir que cada tres centímetros que mueve mi mano, el robot la reduce a 1 cm. Cuando tenés el mejor recurso y la destreza podés hacer mejor medicina”, destacó Marchesini.

“También la visión en 3D es superadora respecto de vía laparoscópica en la que tenemos la visión plana de un televisor; el instrumento robótico nos permite de manera más delicada separar cada una de las estructuras anatómicas, extrayendo lo que tenemos que sacar y preservando las que hacen a la recuperación post operatoria” menciona el doctor Bernardo.

“Aporta mayor destreza manual y precisión: la técnica laparoscopía es mínimamente invasiva y es lo más conocido pero las destrezas de las pinzas tienen sus limitaciones por no ser articuladas. Además, disminuye el agotamiento del cuerpo médico porque uno opera en una posición ergonómica diferente: uno opera sentado en la consola, entonces, el cansancio es claramente menor permitiéndote estar con todas tus capacidades durante más tiempo” concluye Marchesini.

Fuente: InfoBAE