La investigación sobre trasplante de órganos se centra actualmente en analizar los mecanismos celulares causantes del daño crónico que sufre el órgano trasplantado, desarrollar métodos que permitan detectar precozmente ese daño, y la búsqueda de nuevos fármacos inmunosupresores que actúen sobre las moléculas implicadas en el deterioro progresivo del órgano.
“Actualmente el rechazo de los órganos trasplantados en los primeros meses del trasplante está prácticamente controlado, fundamentalmente gracias a la acción de diversos fármacos inmunosupresores. Pero en muchos pacientes se produce a lo largo de los años un daño progresivo en el órgano trasplantado. Dicho daño además “no da la cara”, es decir, no provoca alteraciones clínicas que permitan detectarlo precozmente y cuando se detecta ya es tarde para repararlo. Esto representa la causa del 50% de las pérdidas anuales de órganos trasplantados.” De esta forma ha definido el problema el Dr. Francisco Ortega, Investigador de la REDinREN (Red de Investigación Renal perteneciente al Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación) y Coordinador del “II Simposio de Avances en Inmunología el Trasplante”, que durante los días 23 y 24 reunirá en Oviedo a los máximos expertos, entre ellos el Dr. Mohamed Sayegh del Harvard Medical School de Boston.
--Inducir a la tolerancia
Uno de los mayores retos actuales en el trasplante de órganos es la inducción de la tolerancia, es decir, la aceptación del órgano en ausencia de un tratamiento inmunosupresor. El uso de fármacos inmunosupresores de forma continuada conlleva un alto riesgo de desarrollo de tumores, infecciones y enfermedades cardiovasculares. Se trata de un alto precio que han de pagar los pacientes trasplantados y que en cierta medida y en determinadas situaciones podría ser reducido. Sobre el cómo hacerlo, intercambiarán experiencias científicas los expertos reunidos en este Simposio.
--Principales avances en trasplantes
Los mayores avances científicos relacionados con el trasplante se centran en la inactivación o bloqueo de nuevas dianas terapéuticas, tales como las moléculas denominadas “coestimuladoras” presentes en los linfocitos T activados que van a reconocer y actuar directamente sobre el órgano trasplantado, la generación y expansión de las células T reguladoras que actúan controlando o disminuyendo la activación del sistema inmune, la implicación de receptores de la células NKs (“Natural Killer” o asesinas) tales como las moléculas TOLL o NKG2D en el daño inmunológico durante el rechazo crónico, así como la relevancia clínica de las células plasmáticas, responsables de la producción de anticuerpos.
Por otra parte, el estudio de nuevos agentes inmunosupresores dirigidos a controlar la activación del sistema inmune y el rechazo, ha supuesto uno de los avances más prometedores en los últimos tiempos y del que se han derivado diversos ensayos clínicos actualmente en marcha. Un importante papel de las futuras líneas de investigación en el trasplante de órganos derivarán de las aportaciones hechas desde otros campos como son la terapia génica y celular-tisular, a la que se dedicara una parte de este Simposio.
--Tolerancia natural
Por otra parte, uno de los mayores retos actuales en el trasplante de órganos es la inducción de la tolerancia, es decir la aceptación del órgano sin necesidad de tratamiento inmunosupresor. En algunos pacientes, este estado de tolerancia ocurre de forma natural; diversos casos casi anecdóticos han permitido observar que la retirada total de inmunosupresión en estos pacientes no implica un rechazo del trasplante como se esperaría.
Según el investigador de la REDinREN Dr. Carlos López-Larrea “actualmente, existe una necesidad urgente de desarrollar ensayos e identificar biomarcadores inmunológicos en estos pacientes, así como índices clínicos que ayuden a identificar una “huella” biológica de tolerancia que permitirá en un futuro próximo identificar a aquellos pacientes que puedan beneficiarse de una retirada o bajada del tratamiento inmunosupresor sin comprometer la viabilidad del órgano trasplantado”. Para esto, avances en el campo de la Farmacogenómica permitirán establecer una terapia inmunosupresora individual para cada paciente según su perfil génico.