- � EVITA COMER ENTRE HORAS, ya que al hacerlo no se da tiempo al estómago a tener sensación de vacío entre toma y toma.
- � TOMA 1.200 CALORÍAS AL DÍA COMO MÍNIMO, ya que si no se aporta al metabolismo suficiente energía para mantener sus funciones básicas éste desciende la tasa metabólica.
- � CONSUME MÁS FIBRA. Verduras, legumbres, frutas y cereales integrales. Regulan el tránsito intestinal y tienen un efecto saciante.
- � LIMITA EL APORTE DE GRASAS EN LA DIETA y emplea técnicas culinarias que no añadan un exceso de grasa al alimento.
- � NO ABUSES DE LOS ALIMENTOS ENERGÉTICOS. Controla la cantidad de alimentos ricos en hidratos de carbono simples (azúcar, miel, mermeladas, zumos y refrescos industriales, helados, bebidas alcohólicas, snacks, golosinas, chocolate) y complejos (arroz, pasta, pan y derivados, patatas, legumbres)HAZ EJERCICIO AERÓBICO DE FORMA REGULAR. Andar por la playa o la montaña a primera hora es lo más recomendable (de 30 a 60 minutos)
- � MANTENTE ACTIVO. Sube escaleras y camina. Si tienes un trabajo sedentario, muévete y haz unos estiramientos de vez en cuando.
- � PASEA TODOS LOS DÍAS DE 10 A 30 MINUTOS después de comer o cenar. Eso ayuda a digerir mejor la comida y activa el metabolismo.
- � TONIFICA LA MUSCULATURA UN MÍNIMO DE TRES DÍAS a la semana mediante un entrenamiento con pesas, adaptado a tu forma física y características. Los músculos tonificados necesitan más energía para mantenerse.
- � DESAYUNA A DIARIO. Puede consistir en un producto lácteo desnatado, una fruta y cereales. Si no desayunas, tu organismo reacciona descendiendo tu metabolismo, ya que al no recibir comida se protege a si mismo ahorrando energía.