La cosa empieza con unas croquetas de cocido.
Tras el entrante, la vulgaridad. Y es que el cocido es flojo, uno de los más sosos que hemos comido nunca. Preparado y servido en dos vuelcos. Con una sopa con sabor insulso y con un ligero toque como a polvos. Sin intensidad ni grasa y con los fideos pasados. La servían pero se podía repetir
El siguiente vuelco con to'junto. Garbanzos, verdura y carnes. Los garbanzos gordos, arenosos y como era de prever sosos. Tampoco se salvaban de la mediocridad las verduras ni las carnes. El morcillo era de menú del día. Por salvar algo se podía decir que el chorizo era bueno pero nada más, el resto tenía una calidad media-baja, tanto el tocino como gallina y la morcilla. Las raciones eran enormes, estas dos fuentes eran el cocido para 7, evidentemente sobró:
Al menos el precio no es desorbitado y el cocido salía por 19 euros Pax. Además de un par de detalles buenos: como es tan abundante y sobra tanto directamente te preguntan si te lo quieres llevar y te lo envasan al vacio. El otro detalle es que los niños no pagan; no te hacen como en otros sitios de cobrarte la sopa o, peor, cobrarte medio cocido. También es de destacar el servicio que fue muy amable y servicial en todo momento.
El precio, para siete adultos y tres niños, con una botella de vino de la casa (Ribera Pagos Quinta 15€) y postre para cinco fue de 182 euros. Al café te invitan y también a un pacharán que pedimos al final por lo que, lo mejor de la comida fue el precio y la atención pero como cocido no merece la pena y de hecho lo hemos colocado en el último lugar de nuestro ranking de Cocidos de Madrid.