Con una decoración a la antigua, mezcla de asador Castellano en sus salones principales y café de primeros de siglo XX en la entrada, este restaurante lleva 30 años en el centro de Madrid, en el Madrid de los Austrias. Como buen restaurante con aspecto clásico tiene una carta con todos los productos más típicos de la gastronomía española y madrileña: huevos revueltos, pulpo, chipirones, carne a la piedra, rabo de toro, callos, etc. También, como buen restaurante del centro y enfocado al turismo tiene una buena variedad de arroces, fideua, arroz negro y paella. Y como no, en otoño-invierno hay cocido madrileño.
Y allí nos fuimos en excursión, 9 personas, a probar el cocido. Servido en dos vuelcos. La preparación tiene la curiosidad de que está realizada en ollas de barro individuales pero más allá de eso poco más donde rascar.
- La sopa: te traen el plato con los fideo precocidos y luego, de tú olla se saca el caldo. Dos problemas. El primero fue lo sosa que estaba, ni sabor, ni intensidad, ni grasa... mal preludio de lo que iba a venir después. El segundo, al ser una olla individual el caldo era más bien escaso, además de que no se podía repetir. Para acompañarla nos trajeron unas piparras.
Esta era la ración de sopa para uno, no llegaba ni a llenar el plato
- Carnes, verduras y garbanzos. El segundo vuelco contiene el resto de la olla. Y si vamos por partes, la verdura normal sin pretensión. Las carnes tenían un exceso de ternera, de dos partes distintas, morcillo muy bueno, en su punto y otra zona que no pudimos identificar y que estaba dura. Chorizo y tocino también más que dignos con pollo y morcilla como complemento. En conjunto no estaba mal y no termino de entender como desprendieron tan poquito sabor al caldo.Con los garbanzos pasó lo que se veía venir que apenas tenían sabor. Además le faltaba tiempo de cocción y se habían quedado duros. Para colmo la ración era escasa.
Decir que normalmente, cuando comemos cocido, acabamos bastante llenos. Sin apenas hueco para el postre. Sin embargo aquí acabamos con hambre y casi todo el mundo pidió postre. Es cierto que el cocido es barato, muy barato viendo como está el patio cocidil de Madrid, 18 Euros la ración. Pero también es cierto que no merece mucho la pena y que se va a ir al final de nuestro ranking de cocidos de Madrid.
Para rematar la faena, el servicio es algo inexperto. Es atento pero se les nota la inexperiencia, en los tiempos y esperas o en algún detalle como no saberse la carta de vinos y decirnos un: "no me acuerdo que tenemos solo me suena un Ramón Nosequé".
En resumen, no merece mucho la pena. El centro de la ciudad está plagado de cocidos mejores. Eso si, no es el más caro de la zona. El cocido sale a 18€ por cabeza y los postres no llegan a 5€. La cuenta, sin entrantes pero con bebidas, una botella de Rioja y cafés se queda en unos 25-30€/PAX. Una cosa buena que tiene una amplia (y polémica) terraza en una de las plazas más tranquilas del barrio. Pero a pesar de todo el local tiene ese poso de "bar para guiris" que no nos convenció.