Cocktail de Champagne – Casablanca

Por Vinopremier Dario Vinopremier @vinopremier

Nos gustan los cócteles, nos gustan el cine y las series, así que vamos a hacer un repaso a las principales bebidas que se toman en nuestras series y películas favoritas. Hoy, Casablanca.

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Casablanca era una ciudad a la que llegaban huyendo del nazismo gentes de todas partes: llegar era fácil, pero salir era casi imposible, especialmente si el nombre del fugitivo figuraba en las listas de la Gestapo. En esta ocasión el principal objetivo de la policía secreta alemana es el líder checo y héroe de la resistencia Victor Laszlo, cuya única esperanza es Rick Blaine, propietario del ‘Rick’s Café‘ y antiguo amante de su mujer, Ilsa. Cuando Ilsa se ofrece a quedarse a cambio de un visado para sacar a Laszlo del país, Rick deberá elegir entre su propia felicidad o el idealismo que rigió su vida en el pasado.

De moda y en la moda. Y dentro de las bebidas que desfilan por el Rick´s Café, como el whisky, el coñac o el Cointreau, destaca con fuerza propia el champán, solo o como cóctel, sofisticada y sencilla combinación que ha estado permanentemente de moda, desde sus orígenes en el siglo XIX hasta hoy día, rozando su máximo esplendor en 1934 cuando fue elegido uno de los diez mejores cócteles del año por la prestigiosa revista Esquire.

Ya sea en una copa o en otra, el cóctel de champán, en sus formas más clásicas o en otras más atrevidas seguirá con toda probabilidad asociado a los momentos de más glamour y a los eventos más notables de la moda, siendo degustado también en los descansos en la ópera y el teatro.

Nuestra Receta:

  • Cucharadita de azúcar,
  • Dos o tres gotas de Amargo de Angostura,
  • Chorrito de brandy o coñac,
  • Champán,
  • Una guinda roja, y
  • Una cáscara de limón o naranja.

Instrucciones:

  • Añadir primero azúcar en una copa de flauta (o copa de champagne)
  • Dos o tres gotas de Amargo.
  • Chorrito de brandy, y por último, llena la copa con champán.
  • Decóralo con una guinda roja y una cáscara de limón o de naranja.

Este cóctel, es un buen alimento para la nostalgia y la añoranza del glamour de los “good old times”, lo único que podemos decirles es “sírvelo otra vez Sam”.


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