Por Carolina Lacruz, licenciada en Química y finalizando Trabajo Social por la UNED
Recuerdo perfectamente cuando los miembros del Colegio Profesional de marras se presentaron cuando estaba yo en la Universidad de Zaragoza. Dieron una charla para que los alumnos les conocieran y así poder captar futuros colegiados. Ahí es cuando te venden el Ferrari. No digo moto, sino Ferrari.
Sobre todo se esmeran bastante en adornarte las bondades de la pertenencia al colegio, relacionada, por supuesto, con la perspectiva de empleo. Te dicen que te van a avisar de muchas ofertas de empleo. Pensando en las ventajas que podría tener, según lo que nos contaron, me colegié.
Es cierto que te mandaban ofertas de empleo. Todas las semanas mandaban una carta con una recopilación de ofertas de empleo. Cuando recibía esa carta y leía las ofertas solía pensar: “¿Cuánto tiempo hará que se han hecho públicas esas ofertas?” Ahora imagino que todo esto habrá mejorado con el uso generalizado de internet y el correo electrónico para todo lo que es comunicación y búsqueda de empleo. Además, la gracia de la existencia de los colegios profesionales es que quien vaya buscando a un profesional acuda allí. Bien, pues ofertas de empleo recibidas directamente por el colegio vi muy pocas.
Otra cosa que se ofrecía eran cursos. Cursos cortos, normalmente de una semana de duración. Nada baratos, por cierto. Como tampoco es nada barata la cuota del colegio. No nos engañemos. Un curso de 20 horas no es lo que los reclutadores más van a tener en cuenta a la hora de llamarte para una entrevista. Sirve más bien para ampliar la formación. Es más, visto el precio de estos cursos, diría que están pensados más para profesionales que están trabajando y quieren amplicar su formación. Pero no para desempleados. Qué raro que pasen de los desempleados ¿verdad?
Por circunstancias de la vida me borré del colegio. Me borré con la sensación de haber estado pagando una cuota a cambio de nada. Hace unos meses volví a mirar la web de aquel colegio a ver qué cosas habían cambiado. Lo primero que pillé fueron los cursillos de formación. ¡Exactamente los mismos cursillos que hace diez años! Se me quitaron las ganas de seguir mirando la página. Pensé, quizá de manera precipitada, que si no habían sido capaces de hacer cambios en la formación tampoco lo habrían hecho en lo demás.
Por todo esto me cuestiono la utilidad de los colegios profesionales. Ya que son PROFESIONALES, deberían ser unos actores clave en tema EMPLEO. Pero más bien me parece que muchos de ellos prefieren mirar hacia otro lado en lugar de mojarse. Yellos son los que más deberían ayudar a los que están pagándoles la cuota. ¿No podrían hacer algo más por sus colegiados? Por ejemplo: Cuando hoy en día se busca trabajo, es normal acudir a los orientadores. Hacen una gran labor, pero llega un momento que esa labor se queda corta. Cada uno tiene una profesión y necesita saber cómo están las cosas en su profesión, dónde mandar su currículum, qué es lo que se valora más, qué formación es la más aconsejable, qué tasa de paro tiene la profesión, etc.¿Ofrecen servicios de orientación laboral los colegios profesionales?
En cuanto al emprendimiento, de lo que se habla hasta la saciedad, acerca de fabricarte tu empleo, crearte tus oportunidades. ¿Qué mejor que una persona de tu misma profesión que tenga experiencia en el tema para asesorar y formar? Enlazando con esto último es imprescindible decir que es obligatorio estar colegiado para el libre ejercicio de la profesión.
Donde más interacción y opiniones veo de trabajadores sociales es en Facebook. Por lo que la gente va comentando, algo que noto que se repite es la falta de apoyo hacia los trabajadores sociales que ejercen libremente. A ver esto cómo se entiende. Si quieres ser trabajador social independiente tienes que colegiarte y ¡luego resulta que el colegio no te apoya! Todo se orienta, como de costumbre, al ejercicio de los profesionales que trabajan en los servicios sociales públicos. Aunque cada colegio es un mundo y evidentemente no en todos es así.
Por favor, dejemos de pensar que el Trabajo Social son solo los Servicios Sociales. Por favor, dejemos de pensar que el Trabajo Social es solo para las personas que no tienen un céntimo. Hay que centrarse en ellas pero no solo en ellas.
Los médicos de la sanidad pública no trabajan solo para los pobres. Los maestros de la escuela pública no trabajan solo para los pobres. Si los trabajadores sociales están solo para los más necesitados, para los más excluidos, el resto de la sociedad nunca conocerá el Trabajo Social. Y por esto a la sociedad en general le importamos un rábano, como ya expuse aquí. Ojalá algún día tuviéramos el reconocimiento que tienen los médicos y los maestros, a los que por cierto, todo el mundo conoce.
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