Pues bien, es muy fácil reconocer cómo lo están haciendo, a partir de cómo te relacionas tú con los demás. ¿Yo? Si estoy hablando de mi hijo. Es muy cierto, pero ellos harán lo que tú hagas, así que, pregúntate:
¿Eres tolerante a las diferencias con otros?¿Respetas las opiniones de los demás?¿Cedes el paso a quien lo necesita?¿Te estacionas en los lugares destinados a personas con capacidades diferentes?¿Respetas y cuidas tu medio ambiente?Todas y cada una de nuestras acciones hablan más de nosotros que lo que decimos, dicen quiénes somos y cuáles son nuestras convicciones. Todo esto es lo que nuestros hijos aprenderán y adoptarán en su vida diaria. Recuerda son tu reflejo!Por eso se dice que los valores se forman día a día.
El transmitir valores como la amabilidad, tolerancia, respeto, amor a la vida, puntualidad, generosidad, etc., no beneficia nada más a la persona que se guía bajo estos principios, sino a toda una comunidad de personas que finalmente recaerá en la sociedad.Es muy importante entender que todo lo que hagamos o no hagamos hoy, repercutirá en el mañana. Pensemos más en nuestras próximas generaciones, quizá muchos de nosotros ya no estemos para disfrutar de los cambios que hayan, pero nuestros hijos, nuestros nietos, sus hijos y los hijos de sus hijos, sí.Los valores se fomentan desde pequeños, en nuestro diario vivir y en el hogar. Así que comencemos por hacernos responsables de nuestras acciones ¡manos a la obra! Actuemos de forma coherente en la vida: decir = hacer.
Lo anterior no significa que porque queremos transmitir algo a nuestros hijos como padres no haya equivocaciones, claro que las habrá, somos seres humanos! Lo que tenemos que entender es que incluso cuando esto sucede, podemos aprovechar estas oportunidades para reconocer nuestros errores frente a nuestros hijos y hacerles ver que aunque haya errores, se pueden corregir y tratar de hacerlo mejor la próxima vez. Eso hará que tus hijos reconozcan sus fallas y sepan que a pesar de todo tú estarás ahí para animarlo y ayudarlo cuando lo necesite.
Junto con esto, hay fábulas y cuentos que pueden ayudarte en esta gran tarea. Puedes disfrutar de una tarde o antes de ir a dormir para leer junto con tus hijos una pequeña historia en donde a través de los personajes los ayudes a resolver problemas y cuestionarse su forma de actuar, misma que podrán reflejar en su vida.Gracias por haber visitado nuestro blog Psicólogos en Puebla, un espacio donde podrás encontrar información y orientación; pero también podrás compartir dudas, comentarios y sugerencias. Recuerda que semana a semana, estaré escribiendo temas de interés actual respecto a Psicología Infantil. No te los pierdas y ¡Hasta la próxima!