Tenemos que despertar y darnos cuenta que nosotros, sólo nosotros somos los únicos que podemos ayudarnos, ayudarnos y curarnos de toda esta comedura de olla programada durante tantos años que empieza casi en el momento en que nacemos por no decir antes.
Progamado está cuándo hemos de dejar de dar de mamar a nuestros hijos (algunas ya se saltan esta parte); cuándo tenemos que darles medicamentos o con sin receta por simples resfriados; cuántas veces tenemos que ducharnos al día con agua adulterada con flúor y cloro para dejarte la piel con picores y escamas y encima tener que cocinar con ella; que hay que hacer cinco comidas diarias; que debemos conducir por la derecha y caminar por la izquierda; que tenemos que ir a depilarnos como mínimo una vez al mes y más veces si es verano; que debemos ponernos desodorantes, colonias y perfumes para esconder nuestro verdadero aroma; que hay que lavarse los dientes con pasta dentríficas llenas de aditivos y aluminio y terminar con enjuagues bucales de colores todos muy naturales; que hay que ir a la pelu para hacerse el corte de moda; que no debemos llevarnos mal con nuestros vecinos; que hay que ir al médico si tenemos cualquier dolor; que no debemos ser exagerados y pensar que lo que nos dan en la tele (el oráculo del s.XXI) es todo una gran bazofia; que es normal madrugar y esperar a que abran los centros comerciales el día que empiezan las rebajas como si de un acontecimiento mundial se tratara para sacarnos los cuartos comprando artículos inservibles; que es normal que cada vez que sacamos dinero del cajero nuestro banco se beneficia por ello, al igual que si hacemos una compra con tarjeta; que es normal tener un affair con la secretaria o compañera del trabajo por la presión que tenemos en el ‘curro’ o beber más de la cuenta; que es normal que nuestros hijos adolescentes hayan probado todas las diferentes clases de drogas como si de agua se tratara; que es normal ir estresados todo el día de aquí para allá y tomar pastillitas para poder dormir y relajarnos; que es normal tener insomnio, estreñimiento, dolores menstruales, cefaleas, acúfenos, pérdida de visión, diabetes, hipertensión porque nos hacemos mayores; que todos tenemos que ir a esquiar en Navidad y al apartamento de playa en verano; que es normal comprar pan chicloso en pseudopanaderías artificiales y ya no saborear del pan artesanal; que es normal ir a las grandes superfícies a comprar comida de plástico porque es lo que toca ahora y estamos enganchados a las pizzas grasientas y los helados de litro; que los domingos toca la comida interminable e indigesta con la familia de la parienta; que es normal parir en el hospital con cesárea y epidural cuando nuestras abuelas parían en casa y en su propia cama sanas y salvas con la ayuda de otras mujeres; que es normal vacunarse cada año para no coger la gripe ABCDE cuando no tenemos ni idea de lo que nos están inyectando; que es normal no tomar leche de vaca y atiborrarse a leche de soja que nos crea hinchazón abdominal y nos roba minerales porque nuestro médico dice que se asimila mejor que la de vaca; que es normal ir psicólogo para que no nos solucione nuestro estado emocional y nos diga ‘nos vemos dentro de dos semanas’; que es normal ir a clase de yoga dos veces por semana y cantar mantras todos juntos y felices pensando en el más allá, meditando ommmmm e ignorando la realidad (New Age distorsionado); que es normal ir a un terapeuta naturista para que solucione todos nuestros problemas emocionales y físicos en una sola sesión con su varita mágica; que es normal que te atiborren a medicamentos naturales cobrándote una pasta y luego se queden en la despensa; que es normal seguir la dieta del sirope de arce muriéndote de hambre durante una semana y luego atiborrarte a pasteles…
En definitiva que es normal que estemos todos sin decir nada con las barbáries que están pasando día a día a nuestro alrededor y en nuestros cielos, que es normal que no hagamos nada y estemos programados para seguir durmiendo y con el pijama puesto, que es normal las guerras, los chemtrails, las microondas que achicharran nuestros cerebros creando enfermedades nuevas, que es normal que el cáncer esté acabando rápidamente con nuestros familiares y conocidos ya que no hay remedio, bueno sí, según los expertos, la quimioterapia que te va matando lentamente tus células ya sean buenas o malas y dejándote en peor estado del que estabas, que es normal acabar tus días en una residencia de ancianos y que el gobierno se quede con tu pensión o propiedades, que es normal que algún día muramos por alguna enfermedad ya que no es normal morir porque toca morir.
Siento que realmente estamos más que muertos por estas actuaciones, pensamientos y maneras de ser que tenemos, que no creo que resucitemos en un mundo mejor si no ponemos de nuestra parte en éste, que estamos permitiendo que se lo carguen y con nosotros dentro, que hemos firmado inconscientemente nuestra sentencia de muerte al comer como comemos, al beber lo que bebemos, al automedicamentarnos, al manipularnos psicológicamente, al inhalar la contaminación atmosférica y al tragarnos toda la basura que nos sermonean.
Si no despertamos de este letargo mundial y no no posicionamos estamos más que perdidos y sé que muchos de los que están leyendo este artículo pensarán que soy una exagerada pero creo que realmente no queremos ver, ya que es más cómodo quedarnos sentados en nuestro sofá delante de nuestro oráculo que todo lo ve, viendo el partido de fútbol (interés nacional) o ver el cotilleo de los famosos. Nos tienen bien entretenidos…
Una buena comedura de olla que lleva ya más de un siglo con nosotros.
Despertemos de una vez y no dejemos que nos quiten nuestra VIDA.
Yo Isasi
Nutridora Macrobiotiva
www.nutricionencasa.com