Comentario en Miles de millones de mundos por Miles de millones de mundos

Por Juanjogom @juanjogom

Los exoplanetas están de moda.
Desde hace unas semanas, no hay día que no salga una nueva noticia relacionada con este apasionante campo de la astronomía.
En los últimos 16 años se han confirmado más de 700 exoplanetas, principalmente, midiendo el efecto gravitacional que ejerce sobre su estrella o la disminución de brillo que produce al pasar por delante de la misma.

Este crecimiento exponencial de descubrimientos sólo ha sido posible gracias a la mayor precisión y sensibilidad de los telescopios terrestres y de la misión Kepler, que ha supuesto un antes y un después.

Como de costumbre en miles de millones, las cuestiones técnicas y físicas se las dejo a los grandes legos de la materia, y para echarle un vistazo recomiendo una visita a Amazings (por ejemplo), yo venía a hablar de algo con menos ecuaciones y menos gráficos sobre la disminución del brillo estelar al hacer el tránsito un exoplaneta tipo súper-tierra o súper-jupiter.

Aún recuerdo cuando nuestro sistema solar era el único conocido (no hace tantos años) y se ponía en duda que otras estrellas pudieran formar sistemas planetarios como el nuestro (o parecidos), recuerdo haber leído que era muy difícil que se dieran el cúmulo de circunstancias que se habían dado en nuestro caso, desde el tipo de estrella que orbitamos (que si había sido idónea su proceso de formación, su masa, la cantidad de energía que daba a los planetas situados en la zona habitable…) hasta la presencia de planetas gigantes como Júpiter y Saturno que habrían favorecido con su gran tamaño e influencia gravitacional la existencia de otros planetas terrestres más pequeños en órbitas más cercanas a la estrella madre.

Bien, yo recuerdo pensar en todo esto y haber leído varios artículos de científicos muy influyentes de la época, y las palabras que más recuerdo que pasaban por mi cabeza eran las siguientes: “gilipolleces dice la gente”.

Ya sé que a toro pasado, esa afirmación se escribe muy alegremente, pero es lo que pensaba realmente. No me entraba en mi cabeza ese antropocentrismo exacerbado, esa manía de pensar que somos únicos en un universo inimaginablemente enorme, con miles de millones de galaxias, miles de millones de estrellas, miles de millones de planetas, y, porqué no, miles de millones de formas de vida.

No nos engañemos, hoy día vemos normal que vayan descubriendo nuevos planetas fuera del sistema solar, vemos lógico que sean cada vez más parecidos a la tierra (a medida que afinamos nuestros instrumentos de medición). Pero esto no ha sido así siempre, y a los que nos interesa todo este mundo de la astronomía sabemos las críticas que hubo hace años de gastar tiempo y dinero en estos menesteres.

Ahora unos señores, pertenecientes a un equipo internacional de astrónomos, han terminado un estudio (usando un método basado en microlentes gravitacionales) que concluye que los planetas son más comunes que las estrellas en nuestra galaxia, una de cada seis estrellas aloja un planeta de masa similar a la de Júpiter, la mitad tienen planetas de masa similar a la de Neptuno y dos tercios tienen súper-Tierras.

Esto supone la infinitésima humillación a todas las grandes mentes que, desde tiempos de la edad media, han ido colocando al hombre en el centro de la creación, y a su planeta de origen en el centro de la galaxia.

Señores somos una mota de polvo suspendida en una esquina de un universo que rebosa vida, solo que aún no lo sabemos.

La formación de planetas alrededor de una estrella es un hecho totalmente normal en nuestro universo, los habrá de todos los tamaños, masas, distancias mayores o menores a su fuente de energía, con o sin atmósfera, áridos, fríos, desolados o no por radiaciones UV, con lunas o sin ellas…. y por supuesto, totalmente estériles de vida o rebosando de ella.

Hace unos siglos decir que no éramos el centro gravitacional del universo se consideraba herejía, hace unas décadas mencionar la posibilidad de la presencia de sistemas planetarios diferentes al nuestro una osadía, ahora susurrar la posibilidad de que el universo esté lleno de vida se considera una utopía… veremos dentro de unas décadas que nos inventamos para seguir pensando que somos tan especiales.

recreación de un exoplaneta