Comer diente de león

Por Blogdefarmacia.com

El diente de león pertenece a la categoría de hierbas perennes que crecen en todo tipo de tierras (también conocidas como malezas comestibles). Puede ser sembrado en macetas comunes y en cualquier espacio libre en un jardín hogareño. Las hojas de diente de león son bastante largas con hojas en forma de lanza. El período del año en el que se aprovechan todas sus propiedades es la primavera. Se recomienda recolectarlos antes de que aparezcan las primeras flores y consumirlos cuando estén tiernos y tengan el sabor más marcado. La versatilidad del diente de león hace de esta hierba un alimento ideal para ser consumido en estado crudo. Sus propiedades pueden ser aprovechadas tanto en ensaladas como en jugos y refrescos.

Las hojas de diente de león se cuentan entre las malezas más nutritivas del mundo. Son las hojas verdes con más contenido de beta-caroteno. Poseen mucho más hierro y calcio que las espinacas y tienen todo un arsenal de vitaminas (buena cantidad de vitamina B1, B2, B5, B6, C, E y P). Además posee fósforo, magnesio, zinc y potasio. El diente de león es una hierba que tiene grandes aplicaciones en la medicina homeopática. Ayuda a limpiar los conductos biliares y a remover piedras y cálculos. Al mismo tiempo es excelente para combatir la hepatitis crónica y para aliviar problemas digestivos.

El azúcar presente en el diente de león (inulina) es muy diferente de cualquier azúcar tradicional, dado que no genera una rápida producción de insulina (como sucede con los azúcares comunes). Por esta razón es una hierba muy buena para los que padecen diabetes, dado que ayuda a disminuir el nivel de azúcar en sangre. Con el diente de león se puede preparar una infusión digestiva ideal para beber después de la cena. Esta bebida, por lo demás, multiplica las enzimas digestivas y activa diferentes centros glandulares en el organismo.