Comer guarradas

Por Molinos @molinos1282


Está muy bien la alimentación sana, la dieta mediterránea, no comer hidratos por la noche y dejar los fritos para grandes ocasiones y acompañarlo todo de ensaladita y ¡¡viva el aceite de oliva!
Estupendo.
Pero hay veces que NECESITO comer guarradas. Es un impulso asesino de mi cuerpo que cuando menos me lo espero, cuando más entretenida estoy, cuando estoy más concentrada en algo de repente me dice: ¡Hola!..Soy tu cuerpo y necesito que comamos alguna guarrería.
Por supuesto, como soy una adulta (medianamente) responsable y concienciada con mis arterias, mi salud y mis lorzas, opto por obviar los síntomas.
¡Qué va! Yo no tengo ganas de comer nada, estoy aquí tan feliz y tan entretenida y tan concentrada.
Y sigo a lo mío. Pero ya no hay manera, empiezo un diálogo absurdo con mi yo ansioso de guarradas.
¡Quiero guarradas!! Y o me las das o voy a empezar desconcentrarte, a traerte a la mente imágenes de helados, pinchos de tortilla, palmeras de chocolate o bolsas gigantes de patatas derivadas del petróleo.
Opto entonces por la fuerza de voluntad.
Vale bien. Si me apetece, pero no es sano ni me conviene así que NO. Y además, cabrón…llevo dos días sin hambre y comiendo por obligación y ¿ahora quieres guarradas? Pues no.
E intento seguir a lo mío.
¡Quiero guarradas! ¡Las necesitamos! Además, es por la mañana, has desayunado hace mucho y tienes el estómago vacío…venga...aunque solo sea un poquito.
La siguiente fase es el chantaje.
Vale. Como fruta. ¿Fruta? ¿Fruta? ¿Qué mierda de guarrada es la fruta? La fruta es sana, la fruta tiene buena prensa, la fruta no engorda, la fruta la recomienda el Ministerio…¡¡No vale fruta!!! No, ni aunque te comas una piña entera. Pues no he traído dinero. Da igual. Pídeselo a alguien. Son 60 céntimos en la máquina. Mañana lo pagas.
Me rindo. No puedo seguir concentrada, es imposible seguir con lo que estaba haciendo. Así que me levanto y atravesando pasillos dónde no quiero encontrarme con nadie que vea en mi cara que he claudicado a la tentación me dirijo a una sala absurda con máquinas absurdas que recibe el fabuloso nombre de “sala de distensión”.
“Sala de distensión”, a mi no me distiende nada. Es más, me tensa mogollón.
De izquierda a derecha hay:
- Una máquina de café. Jamás tomo café de máquina. Beber en un vaso minúsculo un brebaje ardiente que remuevo con una especie de palillo de plástico no me seduce lo más mínimo. Y más, cuando en la máquina hay tantas opciones y tan complicadas que es posible que en vez de un café con leche con azúcar acabe tomando un poleo menta sin cafeína y con aspartano.
- Una máquina de hielo. Un misterio. Entendería esa máquina en un gimnasio o en mi cocina, pero su utilidad en los libros de colores me intriga. A no ser, que haya gente como yo o más osada y que oculte en los cajones de la pradera botellas de ginebra que vierte en sus tazas de té y necesite hielo para el combinado.
- Una máquina de cambio. Muy chula. Metes un billete de 20 y te suelta 20 monedas con mucha suerte, 40 monedas si tienes aún más o un número infinito de ellas si eres el suertudo del día. Antes de meter el billete hay que coger siempre uno de los vasos de la máquina de hielo para poder echar todas las monedas.
- Una máquina de agua. Proporciona botellas de litro y medio y de medio litro. Bueno, las proporciona una vez cada quince días, el resto del tiempo está vacía con el consiguiente cabreo y desesperación de mis compañeros de los libros de colores. En Mordor se puede beber agua del grifo perfectamente, de hecho yo llevo haciéndolo 13 años y no me ha pasado nada (mamá…no sé si estoy arriesgando mucho con esta declaración) pero el caso es que aquí van todos con la botella de agua mineral como si curráramos en el África subsahariana y cuando no hay agua mineral entran en pánico. Yo llevo rellenando la misma botella desde octubre del 2011.
- Una máquina de bebidas de otro tipo. Esta tiene poco misterio, hay lo de siempre. Refrescos y esas cosas. Por supuesto del refresco que yo quiero no queda nunca…pero puedo soportar ese nivel de frustración excepto cuando vengo sin dormir. En esos casos me he desplomado varias veces a llorar encima de la máquina…como en las pelis, si.
- Un microondas y una nevera para el club de tuper. Yo no uso ninguna de las dos cosas…me da miedo.
He dejado para el final mis dos máquinas favoritas, las que más intriga me provocan.
Una es la de GUARRERIAS propiamente dichas. Es a la que llego con mis 60 céntimos pensando que porquería puedo comer, que asquerosidad me apetece más, que es lo que quiere mi gula.
En la parte de arriba están los aperitivos viejunos: risketos, triskis, ganchitos de esos que son aire pintado. Nunca quedan. ¡Mierda! Los risketos esos rojos que te dejan los dedos pintados dos días son mis favoritos y además ya he perdido la vergüenza a chuparme los dedos al terminar la bolsa mientras reviso libros de colores.
En la balda segunda hay alpiste de adultos: frutos secos clasificados por categorías y luego un max mix. En la balda tercera patatas, derivadas del petróleo convenientemente saborizadas a guarradas: queso, jamón, cebolla…son tentadoras pero son caras. 65 céntimos por esa bolsa en la que solo caben 3 patatas no sacian mi gula y es peor.
Más abajo están los dulces. Ni los miro. Yo no tengo antojo de dulce, y si lo tengo es siempre de chocolate blanco y para eso tengo una tableta muy especial en mi cajón, es mi tesoro. Los dulces además son asquerosos: bollos pringosos con rellenos sospechosos casi todos y escondido entre ellos una cosa muy misteriosa que se llama “tostada integral light sabor canela”. Me encantaría saber quién es el que en los libros de colores come esa guarrada.
Abajo del todo están las bebidas que ni son café, ni agua, ni refrescos. Zumos inclasificables para beber con pajita, (en serio, un consejo…si no es un mojito y tenéis más de 10 años no bebáis nada con pajita, es muy poco sexy), bebidas de soja en tetrabrik panzudos (¿porqué las bebidas de soja de aspecto sospechoso van en tetrabrik hinchados?), sunny delight que no sé muy bien que es pero que creo que es la versión 2.0 del tang y ¡batido de chocolate y fresa! A ver, batido de chocolate vale, supongo que lo beberá el que moja en él la tostada integral light con sabor a canela, pero ¿BATIDO DE FRESA? ¿Quién con más de 3 años bebe batido de fresa? Necesito saber quién es, alguien que con más de 20 años bebe batido de fresa me parece peligroso, el típico que aparece un día con una recortada porque no hay más batido.
Me desespero mirando la máquina.
Elucubro.
Miro mis 65 céntimos. Calculo el gasto y la compensación.
Echo la moneda. Pulso el 27.
Rezo para que la máquina no me la juegue, abrir el enganche, empujar la bolsa y dejarla en un equilibrio inestable pero fuera de mi alcance que me haga intentar mover la máquina con la fuerza de mi cuerpo y me haga frustrarme al comprobar que ni se inmuta.
Bien, ha habido suerte esta vez. La bolsa cae limpiamente. La saco, la abro y siento como mi cuerpo me agradece que haya cedido a la tentación y le esté dando su ración de alpiste Maxmix 5.
Volviendo hacia la pradera, suspiro feliz por no haber tenido que llamar a Justo y Casto…los que llevan las máquinas.
Del olor que me queda en las manos ya me preocuparé luego.