Un estudio reciente realiza en España ha relacionado comida basura y depresión, algo normal para cualquier amante de la comida cuando se encuentra frente a un plato de comida basura… pero que realmente puede tener consecuencias psicológicas más serias.
Investigadores de las universidad de Granda y Las Palmas de Gran Canaria han observado que comer bollería industrial (pastelillos, donuts, cruasanes, etc.) y comida basura (hamburguesas, kebabs, pizzas, perritos calientes, etc.) de forma habitual por estar relacionado con algunos casos de depresión.
De hecho, en cifras concretas, los investigadores han observado que los consumidores habituales de comida basura tienen un 51% más de probabilidades de desarrollar depresión. Dicho de otra manera, cuanta más basura consumas, más probabilidades tendrás de sufrir depresión, ¿suena lógico no?.
El estudio ha demostrado que los consumidores de comida basura o comida chatarra, así como bollería industrial tienen mayor tendencia a ser solteros, menos activos, y tienen hábitos alimenticios poco saludables, como comer menos frutas, frutos secos, pescado, verduras y aceite de oliva.
Para llegar a estas conclusiones, el estudio llevado a cabo por ambas universidades ha contado con la colaboración de casi nueve mil participantes que jamás habían sido diagnosticados con depresión ni habían tomado antidepresivos.
Tras realizar un seguimiento de unos seis meses, casi medio millar de participantes fue diagnosticado con depresión o comenzó a tomar antidepresivos. Lo cual venía a confirmar los datos recabados por un estudio anterior donde registraron un 42% de aumento de probabilidad de sufrir de presión.
Las cifras de sobrepeso y obesidad no paran de crecer en Europa, así como las personas que sufren las consecuencias de estos excesos de peso, aún así una gran cantidad de gente se sigue tomando a la ligera el consumo de comida basura y bollería industrial, tiempo al tiempo, pero la factura en sanidad será cada vez más elevada.
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