Texto original escrito por Ana. Sígueme en Twitter.
En muchas familias la hora de la comida (o la cena) se ha convertido en una guerra: padres discutiendo entre sí, luchando con sus hijos para que se sienten, para que se acaben la comida, niños quejándose porque no les gusta lo que sirven, adolescentes y adultos que no sueltan el celular…
La hora de la comida es, para muchos, el único momento en el día de convivencia familiar, ¿cómo es posible que se desperdicie en peleas y quejas, en vez de que sea un momento de armonía y convivencia?
Comer en paz, ya sea en grupo o de forma individual, es necesario para una correcta digestión y asimilación de los nutrientes, para un disfrute de los sabores y para generar una relación saludable con los alimentos.
Consejos para crear un ambiente de paz durante la hora de la comida en familia
Planea las comidas. Un factor que genera estrés a la hora de la comida es llegar a preparar todo de último momento, encontrar que falta algún ingrediente, etc. Por ello, es vital realizar una planeación semanal que permita una mejor organización y menos prisas.
Consejos para crear un menú saludable y cómo crear un menú saludable para niños
Crea una rutina. Sobre todo para los niños, es importante generar una sensación de orden y rutina: establece horarios fijos, lugares para sentarse, tareas que cada uno debe cumplir.
Involucra a todos en la dinámica. Dependiendo de la edad y tiempos, cada miembro de la familia puede apoyar cocinando, poniendo la mesa, sirviendo, recogiendo, turnándose para lavar los platos, guardar, etc.
Elimina las distracciones. La hora de la comida debe ser para comer y convivir en familia. No prendas la televisión y prohíbe el uso de celulares, ipods, ipads, etc. Me encanta la idea de poner una canastita donde todos colocan sus gadgets antes de sentarse a la mesa. No solamente lo hace justo para todos, sino que evita tentaciones.
Hablen de cosas agradables. La hora de la comida no es momento de regañar a los niños por las calificaciones, ni de expresar quejas del trabajo o de la casa. Tampoco es momento de gritos. Es una oportunidad de conocerse, es una oportunidad educativa, de alegría.
Establece reglas. Acuerden entre todos los miembros de la familia (no excepciones) seguir ciertos lineamientos, de acuerdo a sus necesidades y estilos, algunos ejemplos:
- No quejas.
- No gritos.
- Dar las “gracias” y pedir “por favor”
- Probar una mordida o pedacito de un nuevo alimento.
- Apagar celulares.
Ten paciencia con los alimentos nuevos. Los niños requieren de mucha repetición antes de aceptar un nuevo alimento. Si lo rechazaron la primera vez, vuélvelo a intentar más adelante. Prueba con diferentes presentaciones.
Respeta el apetito de cada miembro de la familia. Respeta cuando una persona indica que se encuentra satisfecho, no obligues a comer demasiado, ayuda a tu familia re conocer y honrar sus propias señales de hambre y saciedad.
No utilices la comida como premio o castigo. Esto genera mensajes incorrectos y una relación negativa con ciertos alimentos.
Sé un ejemplo a seguir. Apaga tu celular, siéntate, ten una actitud positiva, come alimentos saludables, come lentamente, disfruta. Los niños imitan la actitud de sus padres. Sé lo que quieres que tus hijos sean.
Sé paciente y vuélvelo a intentar. No todas las comidas son perfectas, las reglas se rompen, las cacerolas se queman…la vida no es blanco y negro. Vuelve a intentar.