Seguramente en más de una ocasión te has encontrado en una situación en donde te hayas visto obligado a aconsejar a una persona importante para ti como puede ser tu hijo(a), tu esposo(a), tu amigo, tus padres y te hayas quedado con un extraño sentimiento de angustia y preocupación que te genera al pensar en si lo has hecho bien o no.
Esa sensación extraña esta generada por 3 principales razones:
- Crees que la persona a la que aconsejaste puede “equivocarse” y hacer todo lo contrario a lo que tu le has aconsejado.
- Tienes la sensación en el fondo de que el consejo que le has dado no ha sido el adecuado para esa persona.
- Te aterra el pensar que por una mala decisión la persona en cuestión va a arruinar toda su vida.
Esa sensación extraña que nos agobia, no nos deja tranquilos y que incluso puede llegar a hacernos sentir peor que la persona a la que has aconsejado proviene de nuestros propios miedos, de nuestras propias creencias de lo que debería ser correcto e incorrecto, de nuestras expectativas, denuestra propia proyección y manera de percibir la vida.
Es decir, solemos aconsejar a partir de lo que nosotros mismos deseamos, de lo que nosotros creemos que sería mejor porque nos hace sentir de una determinada manera, de acuerdo a nuestras propias experiencias de vida. Es por esta razón por la que en muchas ocasiones las personas terminan haciendo todo lo contrario a lo que se les aconseja o sino lo hacen parece que hay algo en ellas que no las deja tranquilas.
Pero, ¿cuál es la mejor manera otra persona?
Es evidente que no queremos que esa persona tan importante para nosotros sufra, la queremos proteger a toda costa, sentimos la necesidad de querer tener el control de su vida para que no se equivoque nunca, deseamos que su vida sea maravillosa porque creemos que merece lo mejor, pero ¿cómo podemos saber realmente que es lo mejor para el(ella)?
Tal vez para nosotros lo que nos pudiera pasar sería tener una relación de pareja satisfactoria, terminar una carrera, viajar por el mundo, etc. pero puede ser que para otra todo eso no tenga tanta relevancia.
Todo en este mundo es relativo, a pesar de que aparentemente vivimos una sola realidad, la única realidad es la que percibimos con nuestros propios ojos y por esto nadie más la puede ver igual.
Finalmente y respondiendo a la pregunta, ¿cuál es la mejor manera de aconsejar a otra persona? Haciendo un esfuerzo por adentrarnos en su mundo, sin juzgar, sintiendo curiosidad por conocer una manera distinta de percibir la realidad que probablemente no tenga nada que ver con la mía, aceptando su realidad y a partir de ello podremos finalmente aconsejar.
Consejos para aprender a empatizar con otra persona
No es fácil adentrarnos al mundo de otra persona y sobre todo comprenderlo ya que vivimos muy apegados a nuestra realidad, pero tampoco es imposible poder lograrlo. Se aprende con el tiempo, practicándolo una y otra vez y se convierte en una capacidad, la capacidad de ser realmente empáticos. A continuación mencionaré algunos pasos que sin duda te ayudarán a que puedas lograrlo:
- Escuchar y no únicamente “oír”. No es lo mismo escuchar a alguien que “oír” a alguien. La capacidad de escuchar requiere de voluntad y en ocasiones de esfuerzo para hacerlo, cuando oímos lo hacemos porque no hay otro remedio, estamos al lado de alguien que está hablando, sin embargo puedo no estar prestandole atención o estar interpretando lo que yo deseo interpretar y dándole relevancia a lo que yo quiero darle. Así que lo primero que tengo que empezar a poner en práctica es la capacidad de escuchar, de prestar atención, de que cuando hable con la otra persona lo que me esté diciendo sea para mi lo más importante que he escuchado jamás. Cuando escuchamos podemos percibir emociones y sensaciones de la otra persona, notar claramente como cambia su tono de voz cuando comienza a tocar ciertos temas, podemos percibir si en ese momento lo que siente es miedo, alegría, felicidad, etc. somos capaces de ponernos en su lugar y experimentar por unos momentos como se está sintiendo y ser capaces de reaccionar de acuerdo a ello y no de acuerdo a lo que nos dicta nuestra mente.
- Aceptación y no juicio. Cuando aconsejamos tendemos a caer en el error de enjuiciar de acuerdo a nuestras normas y creencias personales lo que siente y piensa la otra persona. Para poder realmente empatizar tenemos que aprender a expandir nuestra consciencia y abrirnos a conocer un nuevo mundo, una nueva manera de ver las cosas, sentir curiosidad porque otra persona está experimentando algo distinto. Tenemos que ir más allá del juicio y reconocer que aunque nuestras creencias y valores no sean similares, reconocer las ideas y valores de la persona como valiosas también.
- Todos somos diferentes. En nuestro proceso de aprender a aconsejar a otra persona debemos de partir de este principio. Como sabemos cada persona es distinta y el error que muchas veces cometemos es aconsejar a alguien por medio de la imposición de nuestras creencias. Por lo tanto el mensaje indirecto que se le da a la persona es el de: mi propia realidad es mejor que la tuya.
- Ayúdale a encontrar sus propias soluciones. Todas las personas contamos con nuestra propia sabiduría interior y sabemos en el fondo que es lo que realmente deseamos. Sin embargo estamos tan condicionados que nos confundimos y muchas veces no sabemos que camino elegir. Nuestra tarea como consejeros es ayudar a la persona que vamos a aconsejar a que acceda a su propia sabiduría interior para que ella misma pueda encontrar sus propias respuestas.
Como ya lo mencioné al principio de este artículo, aconsejar desde la empatía como te habrás dado cuenta no es fácil, pero el aprender a hacerlo no sólo va a ayudar a las personas que amamos sino también nos ayudará a conocernos y aceptarnos mejor a nosotros mismos.
Confía en tu sabiduría y en la de las personas que amas, esfuérzate por comprenderlas mejor y ayudarlas, no tengas miedo si en el camino cometen sus propios errores, al igual que tu lo has hecho, seguramente ellos también van a poder salir adelante.
Espero que mi artículo ¿cómo aconsejar a alguien? haya aportado algo positivo a tu vida. Gracias por visitar mi blog de psicología y desarrollo personal. Puedes ponerte en contacto conmigo por medio de mi página de facebook: Dosis de psicología. ¡Hasta la próxima!