A todos en alguna ocasión nos ha pasado: dices o haces algo, y ¡zas! metes la pata.¿Cómo debes actuar?Lo primero que pensamos es: “tierra, trágame”, pero claro, eso no ocurre…afortunadamente ¿no? De manera que aquí tienes:
Los pasos a seguir tras una metedura de pata
1º.- Disculparnos lo antes posible, en cuanto nos demos cuenta del error, y no quedarnos a esperar a que nadie se dé cuenta.
2º.- Reconocer el fallo y asumir las consecuencias. Reconocer nuestros errores no nos hace inferiores, es más, es un signo de valentía. Todos nos equivocamos, nadie es perfecto.
3º.- Hacerlo de manera asertiva: una cosa es disculparse y otra implorar perdón o comportarse de forma sumisa, como si no tuviésemos derecho a equivocarnos. Eso significa también asumir sólo la parte de la responsabilidad que te corresponde.
4º.- Aceptar la reacción de quien recibe nuestras disculpas. Si no las acepta, está en su derecho y no por ello debemos perder el control o responder de forma agresiva. Tendremos que tenernos a las consecuencias y tratar de no volver a cometer el mismo fallo.Si, en cambio, sí acepta nuestras disculpas pero se aprovecha del momento para recriminarnos por esa y otras cosas, por el momento nos tocará aguantar el chaparrón. Ya buscaremos otra ocasión más propicia para “defendernos” si consideramos que sus críticas han sido excesivas.
5º.- Dar tiempo a la otra parte para “reconstruir” la relación deteriorada tras la metedura de pata y volver a ganarte la confianza de esa persona.
6º.- Si el origen de la metedura de pata está en tu forma habitual de actuar, quizás demasiado precipitada o impulsiva, plantéate mejorar en este sentido. Próximamente dedicaremos varios post a hablar de este tema: la impulsividad.
imagen: Adarve Photocollage, retoque fotográfico
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