En la sociedad actual son millones las personas que tratan de adelgazar en todo el mundo. Algunas lo consiguen y otras no, pero un elemento común en aquellos que intentan rebajar peso corporal es la falta de vitalidad que les proporcionan determinadas dietas o ejercicios intensos.
La fórmula es muy simple: si queremos adelgazar tenemos que ingerir menos calorías de las que ingerimos, y si eso no es llevado a cabo de la forma correcta perderemos energía y vitalidad en el camino hacia esa silueta deseada.
Pero, ¿qué puedo comer para no perder vitalidad? Existen distintos tipos de alimentos que te pueden ayudar.
Empezaremos con los crustáceos de mar. Mejillones, berberechos, navajas, etc. son sabrosísimos elementos acuáticos con una alta cantidad de hierro y zinc, minerales que previenen la debilidad y el cansancio, síntomas comunes de aquellas personas que siguen dietas bajas en calorías.
Si sientes que las fuerzas te abandonan otro alimento que te llena de energía y buen humor es el pavo. Por su alto contenido en vitamina B6 y B12 la carne de esta ave resulta ideal en regímenes que no admiten ningún tipo de carne, perdiendo con ello esos dos nutrientes esenciales.
El pan de centeno es otro alimento que reduce la absorción de grasas en el intestino y previene desvanecimientos por bajones de azúcar. No menos conocida es su propiedad saciante.
Las judías verdes también servirán enormemente en casos de falta de fuerzas y debilitamiento, no en vano se han ganado el sobrenombre de “reinas de las dietas”. Los componentes de este vegetal previenen la anemia, vigorizan los músculos y ayudan en la eliminación de toxinas.
Además de estos cuatro alimentos naturales, podemos adquirir vitalidad con los llamados comprimidos de guaraná (contra la fatiga o el desánimo) y las cápsulas de alga espirulina (especialmente recomendada para la anemia).