El componente psicoactivo que afecta directamente a nuestra memoria es el tetrahidrocannabinol o THC. Hasta ahora se creía que este ingrediente de la marihuana afectaba directamente a las neuronas, pero un reciente estudio publicado en la revista Cell, expone que el THC afecta directamente a los astrocitos, no a las neuronas.
Este descubrimiento no sólo nos ayuda a saber qué parte de nuestro cerebro estamos estropeando con el consumo de drogas, sino que saber la auténtica función de los astrocitos abre una nueva línea de investigación de enfermedades que afectan a la memoria como el Alhéimer.
Aunque si eres un consumidor de droga por el efecto que crea en tu cuerpo y en tu mente, te ofrezco otra opción. ¡Enamórate!
No hace muchos años, Lucy Brown, una investigadora y catedrática de neurociencia del Colegio de Medicina Albert Einstein de Nueva York, a través de un estudio concluyó que enamorarse tiene el mismo efecto que una droga, puesto que analizando la actividad cerebral de una serie de personas que decían estar locamente enamoradas, podía verse cómo se activaban las neuronas del núcleo caudado y las del segmento ventral, dos áreas vinculadas al placer. Viendo, además, que estas áreas se inundaban de dopamina, una hormona que aporta la sensación de subidón, haciendo que te sientas más motivado, lleno de energía y con ganas de asumir riesgos.
Sé que no resulta sencillo dejar una droga ni tampoco enamorarse, pero si fuera fácil, todo el mundo lo conseguiría.