¿Cuál es el futuro de internet?
Mientras todas las miradas han estado concentradas en el paradero de Edward Snowden, que el jueves después de un mes de especulaciones salió del aeropuerto de Moscú a un hotel cuya ubicación es desconocida, paralelamente surgió un no menos importante debate que pareció pasar inadvertido: el futuro de internet.
Las revelaciones que ha hecho hasta ahora el exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés) expuso el enorme y sofisticado aparato de inteligencia que tiene ese país para vigilar a los usuarios de internet alrededor del mundo.
Sobre este sistema de ciberespionaje hay opiniones encontradas: para algunos -sobre todo en EE.UU.- es necesario para mantener la seguridad de un país, pero otros lo consideran una transgresión de la privacidad de los ciudadanos y la soberanía de los países.
Sin embargo, en ciertos ámbitos académicos ya se observa el impacto de estas revelaciones sobre internet, uno de los recursos más preciados, poderosos y lucrativos de la humanidad.
Y es que las denuncias llegan en un momento en el que el futuro de internet -quién lo gobierna, con qué reglas y bajo qué principios- se está discutiendo en un complejo debate en el que la primera palabra la ha tenido, hasta ahora, Estados Unidos.
“Snowden está siendo elogiado como un héroe de internet, pero lo cierto es que el exanalista le ha hecho mucho daño a la idea de un internet global.”
Alan Woodward, Universidad de Surrey
“Balcanización”
Cuando internet se lanzó al público, en los años 90, se pensó que sería una red neutral y global que se regiría por principios universales como la libertad de expresión y el derecho a la privacidad.
Pero con el tiempo se ha hecho evidente que una internet global y sin gobierno es inviable: la piratería y la difamación, por ejemplo, son fenómenos que necesitan de un ente regulador.
Y para países como China, Irán o Rusia, internet precisa de más control y vigilancia, lo que se refleja en que sus redes cerradas y altamente monitoreadas.
Desde que estos gobiernos propusieron en foros como las Naciones Unidas que el gobierno de internet se discutiera, los analistas pronosticaron la fragmentación de la red en poderes más pequeños.
“Y después de Snowden”, argumenta el profesor de Cambridge John Naughton, “esa balcanización es prácticamente un hecho”.
“Siempre fue una posibilidad”, escribió en su columna del dominical The Observer, “que el sistema se dividiera entre un número de jurisdicciones, a medida que sociedades como China, Rusia, Irán y otros Estados islámicos decidieron que debían tener el control de la forma como se comunicaban sus ciudadanos. Ahora, esa balcanización es una certeza”.
A esto adhiere el experto en seguridad de la computación de la Universidad de Surrey Alan Woodward.
“Las revelaciones de Snowden les dan argumentos a estos países que creen que cada uno debe gobernar internet como le plazca (sea con censura, murallas, espionaje o libertad)”, dijo a BBC Mundo.
China controla y muchas veces interviene las redes sociales, las páginas web y los dominios. Y ahora, creen los analistas, tendrá más argumentos para hacerlo.
“Snowden está siendo elogiado como un héroe de internet”, asegura Woodward, “pero lo cierto es que el exanalista le ha hecho mucho daño a la idea de un internet global”.
“Ya no se puede confiar”
Naughton cree que las revelaciones de Snowden generan más elementos para que “ya no se pueda confiar” en quienes controlan internet.
Esto a nivel de los gobiernos entre ellos, dice, pero también de los usuarios hacia sus proveedores de servicios, como Facebook o Google, que según Snowden han sido cómplices del gobierno en su campaña de espionaje.
En la misma línea, el escritor experto en internet Evgeny Morozov ha dicho que las revelaciones son una demostración de que la política sobre internet del presidente Obama, en la que se había mostrado como un defensor de la libertad, es muy diferente a lo que dice ser.
Ahora, dice el autor de El Desengaño de Internet, “la retórica de la agenda de la ‘libertad en internet’ es tan confiable como la agenda de la libertad de George Bush después de Abu Ghraib”, aquella cárcel en Irak manejada por Estados Unidos donde se conoció de graves violaciones a los derechos humanos.
Después de la “saga Snowden”, asegura Naughton, Obama tendrá menos argumentos para mostrarse como un defensor de la neutralidad de la red.
Woodward, sin embargo, cree que los programas de vigilancia de los ciudadanos son inherentes a las responsabilidades de un gobierno, están apoyados por estructuras legales y no van en contra de los derechos de libertad y derechos a la privacidad.
“Confiar en el gobierno”, dice, “es dejar que hagan esta vigilancia”.
Pero estén de acuerdo o no con la vigilancia, los expertos coinciden en que las revelaciones de Snowden no van a hacer que los gobiernos dejen de espiar a sus ciudadanos y revelen todos su secretos. Al contrario: se cerrarán más y seguirán vigilando.
“Ningun gobierno está en desacuerdo con la vigilancia porque todos lo hacen”, dice Woddward. “Así Rusia le haya dado asilo a Snowden, no ha condenado el plan de la NSA; y eso es porque también lo hace”.