¿Cómo caminar más sin rendir menos?

Por Valedeoro @valedeoro

Hace unas semanas decidí caminar más. La razón oficial era practicar para el camino de Santiago (ya que normalmente utilizo las zapatillas para correr). La razón no-oficial era que quería encontrar tiempo para pensar y para meditar. Caminando no tendría la mala conciencia de no estar haciendo “nada”, salvo estimular a mi cerebro con el oxígeno necesario para rendir al máximo. Independiente de la razón: necesitaba encontrar una forma de integrarlo en mi día a día sin reducir todavía más mis horas de sueño.

Revisión de la agenda: ¿a dónde voy?

Mi medio de desplazamiento habitual es la bicicleta, ya sea para llegar directamente a mi destino, o para llegar a la próxima estación de metro. Mi radio de acción es relativamente pequeño. El trabajo, mis clases de artes marciales, la playa, el centro para encontrarme con mis amigos: todo está a menos de 30 min de distancia, combinando estos dos medios de transporte. ¿Se podría hacer algunos de estos desplazamientos a pie?

Transporte, tiempo y trayectos

El truco está en incluir todos los pasos en el cálculo del trayecto. Si vas de metro tendrás que llegar a la estación, esperar a que llegue el metro y después ir del metro a tu destino. Incluyendo todos estos aspectos en el cálculo, verás que la diferencia para distancias cortas no es muy grande (enlace Roberto). Tomar un café en mi cafetería preferida, ir al Hapkido o visitar mi mejor amiga de repente se transformaron en oportunidades para caminar, para pensar, y para experimentar mi ciudad de otra manera.

Zapatos: Sé buena con tus pies

Cuando puedo, camino con los zapatos que llevaré en el Camino. Cuando eso no es posible, agradezco a mi madre por inculcarme el aprecio por los zapatos de buena calidad. Aunque lleve tacones en muchas ocasiones, mis zapatos me dejan disfrutar del camino. Si empiezas a caminar, prueba tus todos zapatos para saber cuales son más cómodos. Los tacones no fueron hechos para caminar cinco horas, pero no te deberían impedir desplazarte durante un trayecto de treinta minutos.

Bolsas: Hoy no es día de mudanza

¿Cuándo fue la última vez que vaciaste tu bolsa por completo? Al igual que deberías reorganizar tu armario periódicamente, vale la pena replantearse el contenido de la bolsa de vez en cuando. Caminando, la bolsa pesa más. Y de repente te das cuenta de porqué las mochilas tienen un encanto especial. Lleva solo lo necesario, y si necesitas mucho (por ejemplo un ordenador), hazte con una mochila moderna que te permita lucirla y caminar.

Meditación: caminando por la playa

Tengo la suerte de vivir a 500 m de la playa. Así que he cambiado mis intentos frustrados de meditación por un paseo nocturno antes de dormir: caminando por la playa puedo concentrarme en las olas, mi respiración o el viento. Sin el estrés de querer suprimir movimiento. La clave para tus propias soluciones eres tu.

¿Te atreves a caminar hoy?


Imagen: davic / flickr