Cómo cerrar los poros dilatados

Por Gabriel Giner @esaludcom

Los poros de la piel son algo más que unos molestos puntos que afean el rostro de las personas. Aunque la industria cosmética se haya empeñado en hacer creer que se trata de un enemigo incomparable de la belleza humana, estos agujeros que se encuentran en la cara (y en otras partes del cuerpo) tienen una función específica e importante para la salud de nuestra dermis.

Su función es, ni más ni menos, que la de sacar el sudor y la grasa del organismo, tanto para regular la temperatura corporal como para hidratar la piel y absorber los nutrientes que recibe. Para ello, los poros se abren, se cierran o excretan grasa, y lo hacen dependiendo de las necesidades específicas que tenga el rostro en ese momento.

Según el tipo de piel y los hábitos de vida que tenga la persona, sus poros se verán más grandes o más pequeños, más marcados o casi imperceptibles. Cuanto más grasa es la piel, más abiertos se pueden ver, ya que deben expulsar mayor cantidad de sebo. Con el paso de los años también se agrandan, ya que la piel se vuelve menos elástica y más flácida. La zona más afectada por el engrosamiento de los poros es la llamada T, que engloba la zona de la frente y la nariz, en ocasiones también la de la barbilla y pómulos.

Lo que es innegable es que todos deseamos tener los poros cerrados y poco perceptibles. Es por eso que la industria cosmética saca al mercado cada vez más productos para este fin. Existen también diferentes técnicas naturales y hábitos saludables que ayudan a que los poros luzcan cerrados y libres de impurezas.

Cómo reducir y disimular los poros de la piel

Porque el tamaño de los poros de la piel sí importa, existen unos cuantos hábitos que pueden adoptarse para minimizar su apariencia.

  • Los poros deben mantenerse siempre limpios. Cuanto más sucios estén, debido al exceso de grasa, a la contaminación atmosférica o a un exceso de toxinas, más grandes se verán. Es fundamental adquirir el hábito de limpiarse la cara cada noche y evitar el uso de cremas demasiado aceitosas en las zonas más sensibles a engrosar los poros. Al finalizar la limpieza, puede aplicarse un tónico de rosas para calmar la piel y tratar de cerrar el poro antes de aplicar el tratamiento hidratante.
  • Los tratamientos basados en ácido glicólico o ácido salicílico mejorar notablemente la apariencia del rostro y eliminan eficazmente las impurezas, funcionan a modo de peeling, por lo que deben usarse una vez a la semana para no irritar la piel. Para pieles algo más maduras, puede utilizarse el retinol.
  • Las limpiezas profesionales son un gran aliado para mejorar el aspecto de la piel. Cuando la persona trata de extirparse las espinillas o puntos negros por sí sola, corre el riesgo de producir infecciones o dejar cicatrices, más antiestéticas que las propias impurezas.
  • El maquillaje puede ser un gran aliado o el peor enemigo para disimular los poros. En muchas ocasiones, mal aplicado puede llegar a marcarlos más y hacerlos más visibles, ya que suele meterse en ellos y hacer que destaquen más. Un buen truco a tener en cuenta es utilizar una prebase especial para poros y utilizar maquillajes en polvo, en lugar de los que se presentan en líquido o cremas, ya que se quedan más en la superficie y no penetran en el interior del agujero.
  • El sol es un gran enemigo para la piel en general pero, cuando hablamos de los poros, es uno de los peores. El contacto con el sol hace que la piel se haga más gruesa y que los poros luzcan mucho más dilatados.
  • Fumar es un hábito muy perjudicial para la piel (y para la salud en general). Estar expuesto al humo del tabaco y a sus partículas de alquitrán causa que la piel se ensucie rápidamente y que los poros se obstruyan y aparezcan más gruesos.
  • La alimentación también influye notablemente en el tamaño de los susodichos agujeros. Cuanta más grasa y toxinas deba excretar la piel, más sucios estarán los poros y más grandes aparecerán a la vista. Cuidarse siempre comporta beneficios para la salud, así como para la belleza del rostro.
  • Aunque en este aspecto podemos hacer bastante poco, la contaminación ambiental es muy perjudicial para el bienestar de la dermis. Las partículas en suspensión acaban por meterse en los poros y los ensucian y obstruyen. Si la opción de cambiar de vida y mudarse a un lugar más limpio no es factible, al menos es recomendable limpiarse la piel cada noche e hidratarla correctamente después.

Mantener un rostro sano y bonito con los poros de la piel limpios y poco marcados no es solo cuestión de genética, un poco de cuidado es muy importante.