Cómo construir un matrimonio sencillo

Por Paulo Mesa @paucemeher

Seis principios para lograr que un matrimonio imperfecto funcione a la perfección

Hace poco alguien me preguntaba cómo era que mi esposa y yo habíamos batido el record de cumplir cinco años de matrimonio. Que si no era mucho tiempo, que cómo habíamos superado la barrera de los tres años, que si las cosas estaban igual que al principio y que cómo hacíamos para que nos funcionara [el matrimonio]. Luego de un largo suspiro le di la siguiente respuesta... voy a resumir lo que dije, tal vez algo de esto te pueda servir.

No esperes una socorrida lista de "tips" sobre cómo tener un matrimonio perfecto. Esta es la historia de Sara y yo, pero nunca un "deber ser". Tómala más bien como una experiencia real de algo que funciona y como una prueba de que el matrimonio no es una cruz como la mayoría de la gente cree... Por el contrario, puede ser una fuente de tremenda liberación y crecimiento.

1. Respetarnos como individuos: Tal vez la columna vertebral de todo es el respeto. Cada uno reconoce al otro en lo que es y en lo que no. Esto se ha traducido en algo tan simple y fundamental como nunca pretender cambiar al otro. Cada quien, después de que nos casamos, ha podido mantener su esencia y aspiraciones vivas contando con el respaldo del otro. Nadie en esta historia ha tenido que construirse una fachada para tener que sobrevivir.

2. Ninguno ha tenido que hacer "grandes sacrificios ni renuncias": Vivo agradecido porque he podido ser más de quien ya soy. Estoy al lado de alguien que me ha permitido realizarme plenamente en lo que me mueve... y viceversa. Yo leo mis libros, escribo mis cosas, voy a mis conferencias y veo mis películas de ciencia ficción... ella emprende sus proyectos, va a sus clases de danza, está en sus eventos y ve los odiosos documentales de Discovery Home and Health.

Cada uno es libre de hacer lo que quiera y no tenemos la obligación de hacerlo en compañía del otro, ni de renunciar a lo que nos gusta solo porque al otro no le agrada. Nos aceptamos, nos cuidamos, nos respaldamos, nos protegemos y mutuamente actuamos como una fuerza unida.

3. Construir unos valores de vida comunes: Aunque he hablado del respeto a las diferencias, sin duda es clave ver la vida bajo parámetros cercanos. Ambos tenemos formas pragmáticas de ver la existencia y eso nos gusta. También creemos en la trascendencia espiritual de nuestra unión. Ambos manejamos una lógica financiera similar, venimos de hogares con costumbres parecidas, creemos en un estilo de vida austero y sencillo, en enfocar la vida en lo que de verdad nos gusta y apasiona.

4. Tener proyectos comunes: Si hay algo que le de potencia a nuestra relación es tener una variada gama de proyectos comunes, desde negocios, hasta nuestro bebé que viene en camino, pasando por grandes viajes por el mundo o pequeños paseos en auto. Es fascinante sentarnos a diseñar la vida que queremos, emprender el camino para lograrlo juntos, y ni qué decir de cuando efectivamente lo conseguimos. Esto nos une mucho más como pareja, nos pone a coleccionar experiencias y a contar anécdotas compartidas.

5. Actuar desde la confianza a toda prueba: Evitamos el desgaste. Como lo he dicho antes, esto es consecuencia del hecho de respetarnos como individuos. Nunca nos hemos tratado con derechos de exclusividad, ni como una propiedad privada, ni como prisioneros. Aceptamos el hecho de que cada uno tiene su espacio individual y el derecho hacer lo que quiera en dicho espacio, sin interrogatorios o reproches. Tan simple como eso.

6. Cuidar la disciplina financiera: Actuamos como una disciplinada, ordenada y rigurosa sociedad comercial. Primero invertimos, luego ahorramos, luego pagamos las cuentas y finalmente nos damos gusto. Cada quien tiene claro los gastos que debe cubrir y efectivamente los cubre. Sabemos qué es compartido y qué es individual. Si nos prestamos dinero nos pagamos la deuda. Ninguno se recuesta en el otro, pero de la misma forma, si percibimos que debemos entrar ayudar nos ayudamos. Los proyectos compartidos siempre son la prioridad.

Para finalizar, no habrá de faltar quien se pregunte: ¿Y dónde quedó el amor y los sentimientos? "¡Esto suena muy racional y nada sentimental!". La respuesta es: en el centro de cada una de las claves que acabo de dar está presente el amor que nos tenemos:

  1. Nos respetamos porque al amarnos también nos aceptamos incondicionalmente.
  2. Amamos nuestras singularidades porque al hacerlo permitimos que el otro sea feliz siendo quien es, y a su vez, la felicidad del otro nos llena mutuamente.
  3. Al compartir valores comunes construimos una vida en común: la vida de ella, la mía y la de los dos (que ahora es de tres con nuestro bebé).
  4. Nuestro amor crece con los proyectos comunes que concretamos. Lograr cosas juntos nos une y nos fortalece más.
  5. Confiamos en el otro para caminar y cada quien resguarda esa confianza.
  6. El dinero es un instrumento para ser más de lo que somos... nada más. Primero está el amor y la consideración que nos tenemos.

Esto es lo que hace perfectos nuestros días imperfectos.

-