La avena, como todos sabemos, es un alimento, no imprescindible (ninguno lo es) pero sí muy importante a la hora de diseñar nuestra dieta.
Nos aporta carbohidratos que no son azúcares, proteínas de alto valor biológico (para no ser de origen animal), grasas saludables, fibra, minerales, etc…
Aqui hemos copilado unos “trucos” para que no se haga tan monótono, e incluso puede servir para que todos aquellos que, aunque ya tengan su “fórmula”, puedan añadir variaciones:
Batirla con leche. Simple pero efectivo. Yo soy incapaz de comerla con cuchara. Así que lo bato todo y para adentro. La leche, como ya he comentado varias veces, mejor entera y fresca.
Añadir frutos secos. Puedes probar para ver junto a cuál te gusta más. Yo he probado con avellanas, almendras y nueces y lo bato todo. La verdad es que mejora mucho el sabor y ayuda a hacer el desayuno más completo si cabe.
Añadir fruta. Fresas, plátanos, kiwis… Lo que se te ocurra. Nos es de sobra conocido la importancia de incluir varias raciones de fruta en nuestra alimentación.
Cacao en polvo 100% puro. Puedes adquirirlo en algunos supermercados. Con 5g sobra y le da un gran toque. No, no recomiendo ni el Colacao (azúcar) ni el Colacao 0% (aspartamo). La miel puede ser una opción debido a sus buenas propiedades, pero sin abusar; recuerda que sigue siendo azúcar al fin y al cabo.
Canela. Muy poca cantidad es suficiente para mejorar sustancialmente el sabor.
Proteína de suero. Una gran opción para darle sabor de cualquier tipo y, además, completar el desayuno. No te preocupes, aunque consumas 50 gramos de proteinas en el desayuno las vaz a asimilar todas, lo de 25 gramos por comida es un mito. Ajusta la ingesta con el resto de comidas del día a los gramos diarios que necesitéis y ya está.