Hace tiempo que intenté eliminar de mi dieta todo lo que tuviera que ver con los edulcorantes artificiales. Tengo que decir que no fue fácil, pero he de aceptar que valió la pena.
Partamos de la base de que yo era de las personas que consumían unos 5 cafés al día con sacarina y varias bebidas “light” con gas (ricas en aspartamo).
Debo hacer saber a los lectores que aunque en el paquete ponga “light” no implica que nos podamos atiborrar a este tipo de bebidas. En la mayoría de los casos, estos alimentos suelen contener edulcorantes artificiales como el aspartamo que pueden impedir que sigamos bajando de peso. Es más el gas nos puede hinchar como si fuésemos globos.
El aspartamo es un edulcorante no calórico descubierto en 1965 y comercializado en los ochenta. Numerosas organizaciones nacionales e internacionales han evaluado la inocuidad del aspartamo y un comité internacional de expertos ha establecido un nivel de Ingesta Diaria Admisible (IDA). Sin embargo, ciertas voces han reabierto el debate sobre los riesgos que el aspartamo pudiera representar para la salud.
La razón por la que me planteé reducir el consumo de este tipo de productos e incluso eliminarlos, fue porque todos ellos están relacionados con problemas de salud como:
- Obesidad / Aumento de Peso
- Resistencia a la insulina
- Trastornos psicológicos (ansiedad, depresión)
- Adicción al azúcar
- Cáncer en los casos más extremos
Edulcorantes del mercado
Los edulcorantes artificiales más populares en el mercado hoy en día son:
- Splenda (sucralosa)
- Aspartamo
- Sacarina
- El acesulfame de potasio (también conocido como – acesulfame K o E950)
Si debemos destacar uno en lo que a pernicioso se refiere, me decanto por la Splenda que es probablemente uno de los peores productos de los conocidos como “saludables”, ya que te venden la moto de que están hechos de azúcar real. No nos engañemos, sigue siendo una sustancia artificial químicamente modificada. Ya que se le agrega cloro a la estructura química, por lo que se parece más a un plaguicida clorado que a algo para comer o beber.
Los estudios
Para dar coherencia a nuestras conclusiones, tomemos como ejemplo un estudio que vincula el consumo de edulcorantes artificiales con el aumento de peso en ratones (pobres ratones, al final siempre les toca sufrir las consecuencias)
Varios científicos de la Universidad de Purdue en Indiana (E.E.U.U.), estudiaron y compararon ratones que fueron alimentados con comida que contenia edulcorantes artificiales como la sacarina y otro grupo que fue alimentado con comida que contenia glucosa (un azúcar natural).
En comparación con las ratas tratadas con el yogur endulzado con glucosa, aquellas que comieron yogures endulzados con sacarina pasaron a consumir más calorías y, por ende, ganaron peso y grasa corporal.
La conclusión extraída fue que al parecer los alimentos dulces estimulan al cuerpo a la hora de prepararse para un consumo masivo de calorías. Cuando esa señal viene provocada por un edulcorante artificial y no esta seguida de un aumento de las calorías el cuerpo se confunde, de modo que come más o gasta menos energía de la habitual.
Como identificarlos en nuestra dieta
Es curioso, pero si preguntas, la mayoría de gente cree que no suele consumir una gran cantidad de este tipo de edulcorantes a lo largo del día. Pero si sumamos esas pequeñas porciones casi inapreciables, el resultado final puede sorprender.
Piensa en los cafés, los refrescos, los zumos, los chicles sin azúcar, la proteína post entrenamiento con sabores exóticos, el yogur desnatado, salsas, barritas para merendar de cereales (light)…
Es importante tener en cuenta que no podemos dejar de consumir un refresco con gas al día y en su lugar bebernos 5 del mismo fabricante por que pone Light, Zero… o cualquier concepto publicitario. Una vez más, cada cosa en su justa medida.
Infórmate de los efectos
Cuando hablamos de este tipo de temas, es importante no perder el norte y caer en el alarmismo. Es decir, aunque los peligros del consumo de estos artículos son reales, no debemos exagerarlos.
Para ello podemos tomar algunas sencillas medidas que nos ayudaran a reducir su ingesta de forma habitual. No pretendamos eliminar su consumo de golpe, ya que lo más probable es que acabemos frustrados y fracasando en el intento. Lo mejor es ir haciéndolo de forma progresiva. Así es como lo hice yo:
- Reduje mi consumo de bebidas light (máximo 1 por día)
- Cambie el café por infusiones y alternava, una con edulcorante y una sin.
- Pasé de 10 a 2 chicles sin azúcar al día: NO pasa nada si nos llevamos a la boca dos o tres veces al día, ese oscuro objeto del deseo, pero si al cabo del día, acumulamos dos paquetes vacíos en la basura (cada uno contenía 5), es ahí cuando debemos de romper el hábito.
¿Por qué son malos?
El problema son los edulcorantes artificiales que actúan exactamente como los azúcares, cuando has ingerido mucha cantidad.
Los edulcorantes sintéticos incluyen alcoholes de azúcar, como el sorbitol.
El sorbitol se absorbe muy mal en el intestino. “Cantidades relativamente pequeñas (5-20 g) [de cuatro a 16 chicles] causan síntomas gastrointestinales como gases, hinchazón y calambres intestinales en función de la cantidad ingerida. Dosis más altas (20-50 g) [de 16 a 40] pueden llegar a causar diarrea osmótica.
- Cambie mis barritas de la merienda por fruta natural y copos de avena
Habréis observado que son pequeños cambios, la mayoría de sentido común, pero que me ayudaron a controlar el consumo de forma cómoda y paulatina.
Alternativas
Podíamos decirte que la miel o el azúcar lo son, pero estaríamos condenando a nuestro cuerpo a una ingesta masiva de calorías. Podemos consumirlos de forma puntual, pero no es la mejor opción para una nutrición equilibrada.
Si tenemos que elegir, la alternativa más natural, nos quedamos con la Stevia.
La Stevia es una hierba natural no calórica que se ha utilizado durante miles de años en algunas partes del mundo. Original de América del Sur, tiene una dulzura alrededor de 200-300 veces más fuerte que el azúcar.
Uno de los problemas que he notado con el uso de la Stevia es que el polvo puro es un edulcorante muy potente, así que fácilmente y sin darte cuenta llegas a utilizar demasiado.
La puedes utilizar en tu café o té, para endulzar yogur natural, para endulzar los zumos naturales, los cereales, los postres, la avena para cocinar o cada vez que necesites un edulcorante natural y quieras reducir el contenido de azúcar y por supuesto de calorías.
Además la stevia :
- Tiene efectos beneficiosos en la absorción de la grasa y la presión arterial.
- Contiene carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales.
- No tiene efectos secundarios de ninguna clase, como efectos mutagénicos u otros efectos que dañen la salud.
Es decir, ya tardas en adquirirla
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