No es lógico esperar que un cachorro muy joven controle perfectamente sus esfínteres, y es inevitable que se produzca algún “accidente” de vez en cuando.
A pesar de ello, intentaremos que entienda lo antes posible qué es lo que esperamos de él y aprenda a hacer sus necesidades en el lugar indicado desde el primer momento. Si quieres conseguir que el cachorro entienda que no se puede aliviar en cualquier lugar, aprende cómo controlar los esfínteres del perro.
El lugar apropiado.
Es importante aprender en qué momento es más probable que un cachorro sienta ganas de hacer sus necesidades. Esto suele ocurrir, por ejemplo, después del juego, nada más despertarse, cuando se acaba de llevar una alegría (por ejemplo, cuando los niños están volviendo del colegio), etc.
Éste procedimiento te ayudará a enseñar a tu cachorro eficazmente el lugar adecuado para hacer sus necesidades:
- Saca al cachorro al aire libre, siempre en el mismo lugar y espera tranquilamente a que haga sus necesidades (aunque esté lloviendo o haga mal tiempo). Repetir con dulzura alguna palabra como “hazlo aquí” o “aquí sí”. Cuando empiece a olfatear y a caminar en círculo en la zona, estará a punto de hacer lo que esperas.
- En cuanto termine de hacer sus necesidades, felicítalo con gran entusiasmo y ofrécele una golosina especial para cachorros. Después, juega con él y volver a entrar juntos a casa.
- Mientras esté aprendiendo no es mala idea sacarlo al aire libre cada hora y estar pendiente de sus gestos.
- Si esperas fuera con el cachorro y no hace nada, vuelve a casa y ten al animal controlado en todo momento hasta que volváis a salir. Si tienes que atender otro asunto, déjalo en un espacio cerrado y forrado con papel de periódico.
- Si lo descubres haciendo sus necesidades dentro de casa, o a punto de hacerlas, dile “aquí no”, en tono suave, y llévalo al lugar apropiado. No pasa nada si se despista, pero entonces hay que sacarlo de inmediato , incluso en “plena faena”. Si logra dejar aunque sea sólo una gotita en el lugar indicado, felicítalo y prémialo también.
- Encerrado en la zona donde duerme es más fácil que se aguante hasta que le toque salir. Los cachorros tienden de forma natural a no ensuciarse en la cama.
No pierdas los nervios.
No tiene sentido enfadarse con él porque se le ha escapado algo. Podría asociar su ira con el pis o la caca en sí, en vez de con el hecho de haber elegido un mal sitio, y entonces se limitará a tener miedo de que descubrieses sus deposiciones.
A los niños les cuesta años controlar por completo sus esfínteres, y a nadie se le ocurre castigar a un bebé por ensuciarse. Los métodos de castigo que se utilizaban antiguamente (como restregarles el morro en su propio pis), son contraproducentes, además de repugnantes, y deben evitarse.
Muchos propietarios enseñan primero al cachorro a hacer sus cosas en un papel de periódico y después trasladan el papel al lugar definitivo, pero este sistema supone un doble esfuerzo puesto que obliga a adiestrar al cachorro dos veces, una para hacerlo en el papel y otra para hacerlo al aire libre.
Orinar por sumisión.
Los perros que hacen pis al ver a una persona o a otro perro no es que no sepan controlar sus esfínteres, sino que utilizan la micción para expresar deferencia. Tal vez se ponga también boca arriba, o separen una pata trasera mostrando el vientre, o se revuelquen en el suelo cuando vean algo o alguien que les parezca de superior jerarquía.
Si tu perrito orina cuando te ve llegar, ignórale hasta que estéis al aire libre y salúdale sólo cuando haya hecho pis fuera. Otra posibilidad es agacharse y saludarlo de costado, evitando mirarlo frente a frente. De este modo le parecerá menos terrible y él no se sentirá obligado a orinar para tranquilizarte a ti.
Cuando un perro macho adulto orina, está dejando un mensaje olfativo para delimitar la zona que él considera como su territorio.
Una mala práctica es enseñarle al cachorro a orinar o defecar sobre papel de periódico. Esto puede vernir muy bien en caso de accidente, pero no le animes expresamente a utilizarlo.