Os muestro a continuación el estado actual de mi planta para que os hagáis una idea:
- Debe tener una maceta bastante ancha y poco profunda. Nada de macetas pequeñas o pesadas, ya que nos será complicado moverla dentro de casa, o al revés, cuando sea oportuno.
- El suelo del aloe vera debe ser poroso y nutritivo. Se recomienda introducir en la maceta un poco de tierra con arena o perlita. Debe ser un terreno de fácil y rápido drenaje, ya que es una planta que no soporta estar mucho tiempo en contacto con el agua.
- En primavera conviene abonar el suelo con humus de lombriz.
- En invierno es conveniente que esté en el interior, sobre todo cuando hay grandes heladas y temperaturas muy bajas. Si no es el caso, para que soporte las temperaturas gélidas del exterior conviene cubrirla.
- Debe tener la mayor luz posible, aunque con especial cuidado a que las hojas no se quemen como me sucedió a mi. Mi planta estaba recibiendo demasiado sol y por ello decidí situada en la mesa del patio, protegida por la sombrilla.
- El regado no debe ser habitual, solo cada 15-20 días, utilizando poca agua y vertiéndola directamente sobre la tierra. Si la regamos demasiado puede que la planta se pudra. Si observamos que las hojas están muy delgada y con apariencia arrugada, significará que necesita más agua.