Cuestiones fundamentales sobre la "agencia" (actuar con un propósito) han dejado perplejos a algunas de las mentes más brillantes de la historia, entre ellas Sir Isaac Newton, Charles Darwin, Erwin Schrödinger y Niels Bohr.
Un nuevo estudio de la Florida Atlantic University (FAU) explora los orígenes de la agencia utilizando una fuente única: los bebés humanos. El estudio se centró en cómo el movimiento espontáneo de los bebés se transforma en una acción decidida. Se observó a los bebés como espectadores, pero cuando les ataron los pies a un móvil para bebés, descubrieron que podían hacerlo moverse.
Los investigadores utilizaron tecnología de captura de movimiento de última generación para medir y analizar el movimiento de bebés y móviles.
El estudio reveló que la agencia surge de la relación de pareja entre el bebé y el medio ambiente. La retroalimentación positiva amplifica la relación causa-efecto entre el movimiento infantil y el movimiento móvil, lo que lleva a un comportamiento intencional.
El estudio introdujo un análisis cuantitativo que detecta aumentos repentinos en las tasas de movimiento infantil relacionados con sus realizaciones. Esta transición se puede medir como un cambio de fase dentro de un sistema dinámico que abarca al bebé, el cerebro y el medio ambiente.
El estudio demostró que el surgimiento de la agencia es un proceso puntuado de autoorganización, con importancia tanto en el movimiento como en el descanso. La dinámica coordinativa de movimiento y quietud forma la base de la conciencia del bebé.
La investigación identificó grupos distintos en términos del momento y la intensidad de los estallidos de actividad infantil, lo que sugiere fenotipos de comportamiento. Este novedoso método de fenotipado puede tener implicaciones para la intervención temprana y el tratamiento de bebés en riesgo.
El estudio reformuló la agencia como una propiedad emergente del acoplamiento funcional entre el organismo (bebé) y el medio ambiente. La dinámica de la coordinación proporciona información sobre cómo los sistemas vivos complejos, incluidos los humanos, se coordinan y crean orden.
Los hallazgos resaltaron la importancia tanto de los movimientos activos como de las pausas en el comportamiento infantil. Ambas acciones brindan información significativa a los bebés mientras exploran el mundo y su lugar en él.