Como decíamos ayer...

Por Yayo @eliaio
Como decíamos ayer dos maravillosos blogs (Curistoria, de Manuel J. Prieto e Historias de la Historia, de Javier Sanz) fueron los principales responsables de que hace ya mas de siete años me lanzara a la aventura de escribir mi propio blog sobre curiosidades históricas y orígenes de expresiones comunes. Y de la frase "Como decíamos ayer" y de quien la dijo vamos a hablar en esta entrada (no me digáis que no es una  manera elegante de introducir el tema de hoy).

Fray Luis de León fue un religioso (como habréis deducido por lo de Fray), humanista, catedrático y poeta del siglo XVI. Vamos todo un hombre del Renacimiento, aunque fuera español y fraile. Pero por ser español estaba en España y sus éxitos académicos y literarios le trajeron, en vez de reconocimientos,  multitud de envidias entre sus enemigos. Y si tus enemigos son tan poderosos como los frailes dominicos que controlaban la Inquisición no puedes esperar nada bueno. Encima el bueno de fray Luis se empeñaba en ponerles las cosas fáciles, no solo era hijo de judíos conversos, lo que ya le colocaba en el punto de mira, si no que ademas se empeñaba en traducir la Biblia a la lengua vulgar, hacerlo directamente desde la versión hebrea y empezar ni mas ni menos que por el Cantar de los cantares. Como es de suponer no tardaron en tomarlo preso e iniciar un proceso contra el que duró cuatro largos años (tan largos que algunas fuentes hablan de cinco años) durante los cuales estuvo en la cárcel. Finalmente fue absuelto y al volver a su aula en la Universidad de Salamanca comenzó la clase diciendo "Dicebamus hesterna die..." ,"Como decíamos ayer...", de esta forma daba a entender que los cuatro años que paso en la cárcel carecían de importancia, lo verdaderamente importante era seguir con sus clases y su legado. 

Cuatro siglos después de esta historia don Miguel de Unamuno, otro gran filósofo amigo de crearse enemigos poderosos, también pronunció esta frase inmortal en la misma universidad. Feroz opositor al rey Alfonso XII, y sobre todo a su jefe de gobierno el dictador Miguel Primo de Rivera, no dudaba en criticarlos públicamente a la menor ocasión. Como no podía ser de otra manera en 1924 el rey lo destituye como vicerrector de la Universidad de Salamanca y lo destierra a Fuerteventura. Aunque pocos meses después es indultado él se autoexília en Francia y no volverá hasta la caída de Primo de Rivera en 1930. A su vuelta a dar clases en su querida universidad no pudo resistir la tentación de citar al gran fray Luis de León y también comenzó su clase con el famoso "Como decíamos ayer...". 
Y hoy, este juntaletras emborronador de bits se atreve a comenzar este humilde texto con la misma frase que dijeron esto dos grandes hombres. Afortunadamente nadie me ha metido en la cárcel, ni me ha desterrado  durante estos tres años y tres meses en los que esta bitácora ha estado en silencio absoluto, pero si que podría decir que he estado encerrado en la "cárcel de la pereza" y desterrado en "la isla del bloqueo ante el papel en blanco". Veremos si definitivamente he recuperado la libertad y puedo seguir adelante con este blog que tantas satisfacciones me ha dado en el pasado.