Cómo decir NO y poner límites. Parte 2

Por Chocobuda

Para nuestras sociedades actuales, el Sí como palabra y concepto filosófico, es muy bien visto. Implica que la persona está abierta a la aventura, a la comunión con otros y a la experimentación. Implica apertura y aceptación.

En contraste, el No es una palabra de límites y de cierre. También se ve como negatividad, fin o alejamiento, entre muchas otras connotaciones.

Es paradójico porque pensamos lo opuesto, pero alguien que dice Sí a todo y se mantiene “positiva”, casi siempre es una persona débil, con poco carácter. Una persona que dice No con convicción es alguien con personalidad fuerte, que sabe lo que quiere y que para nada es tonta.

Poco se habla de las cosas buenas de decir que No. Y hay muchísimas.

El poder de No

Hoy presentamos una lista incompleta de algunas ventajas de decir No. Pero se trata de un No emitido desde la paciencia, el amor y la sabiduría; no desde el miedo, la debilidad o el berrinche.

En el siguiente post de esta serie veremos la diferencia.

Fortaleza y carácter

Cuando decimos que No a algo que es potencialmente dañino o que simplemente no nos interesa, estamos dejando en claro que tenemos la opción y control de las cosas. Es uno quien decide hasta donde llega todo y quien pone los límites. Por supuesto, muchas personas no están preparadas para escuchar un No, pero eso es bueno.

Decir No es, en realidad, una afirmación que implica que es uno quien tiene la responsabilidad de las cosas.

Mejora la autoestima

El No claro y determinante establece una línea que los demás no pueden cruzar. Esto ayuda mucho porque la mayoría de nuestros problemas de autoestima tienen su origen en la opinión ajena. Saber que es posible decir No a una propuesta, chisme o comentario, es una afirmación de la importancia que tienen nuestro espacio y tiempo personales.

Mejora las relaciones personales

¿Cuántas veces no has sentido que la familia pasa por encima de ti? Es un sentimiento feo, pero todos lo hemos vivido. Una relación personal sin límites es siempre peligrosa e insatisfactoria.

El No ayuda a definir avances, propuestas y los acuerdos que hay que seguir para que las relaciones funcionen.

Herramienta de crecimiento personal

Decir No a cosas externas es fuerte y útil. Pero en la práctica Zen prendemos a decir No a uno mismo. Esta es la base del autocontrol y el crecimiento personal. Decir No a los excesos, a la pereza y a los Tres Venenos de la Mente, fomenta la disciplina y la atención plena.

Con el No, el ego entiende que él no está en control.

Evita culpas y remordimientos futuros

Decir que No nos da mucha culpa y remordimientos. Pero hay más culpa (y consecuencias) al decir que Sí, solo por debilidad.
El No a tiempo crea un futuro más sano para todos.


Serie Cómo decir No y poner límites:

Parte 1

Parte 2