Los pacientes con factores de riesgo para trastornos oculares, como retinopatía del prematuro o historia familiar de cataratas congénitas, retinoblastoma, enfermedades metabólicas o genéticas, ambliopía, estrabismo o miopía, deben ser derivados para evaluación por un oftalmólogo infantil.
Antes de la evaluación objetiva, los pediatras, además de evaluar los antecedentes, deben realizarle a los papás preguntas como:
¿Creen que el bebé ve bien? ¿Sostiene los objetos demasiado cerca de su carita cuando trata de enfocar la vista en ellos? ¿Les parece que los ojitos de su bebé están alineados o les parece que desvía algún ojito?
De ésta manera, se establece un diálogo enriquecedor al momento de la consulta entre el pediatra y los padres y se favorece el vínculo médico-paciente, vínculo que a pesar de la edad del bebé o niño, no dificulta la valoración del profesional, ya que es sumamente gratificante ver como pueden desde la primera consulta a los 12-15 días de vida, seguir con la mirada el usual guardapolvo blanco que refleja luz.
Es evidente el seguimiento con la mirada de los movimientos y de la dirección desde dónde perciba voz. No tarda en aparecer una sonrisa, ya al mes de vida, como respuesta al sonido placentero del cariño transmitido por palabras y caricias. Podemos tener una apreciación de los sentidos de ése bebé al que evaluamos, desde la primera consulta antes del primer mes de vida porque nos sigue con la mirada.
Pruebas que no deben faltar
0-4 meses
- Observación del ojo externo, párpados y posición de los ojos
- Reflejo rojo: se realiza iluminando la pupila como para ver el fondo de ojo. Se considera normal cuando el color, brillo y tamaño de ambos reflejos son simétricos.
4 meses a 3 años
- Se deben tomar las pruebas del período anterior agregándose: prueba de fijación ocular: se observa si sigue con la mirada un objeto llamativo. La fijación ocular es un indicador indirecto de la agudeza visual.
- Reflejo corneal a la luz (Prueba de Hirschberg): es útil para detectar estrabismo. Se coloca una linterna a 50 centímetros de la carita del niño y se iluminan ambos ojos. Ambos ojos presentan reflejos simétricos.
- Prueba de oclusión ocular (Cover Test): es útil para detectar alteraciones de la posición ocular. Se le ocluye cada ojito con la mano o el pulgar, sin tocarle la cara, y se le pide al niño mire la linterna o un punto fijo, alternando con cada uno.
Mayores de 3 años
- Alineación ocular con la prueba de oclusión ocular.
- Prueba de agudeza visual: generalmente entre los 3 y 5 años se usa la prueba de la letra E y el HOTV. Los mayores de 6 años ya son capaces de realizar la Prueba de Snellen (letras y números).
- Se recomienda una distancia de 3 metros para realizar las pruebas. Se debe asegurar la oclusión total del ojo no evaluado por medio de un parche al momento de la evaluación. Se considera correcto si nombra cuatro de seis símbolos de cada línea.
- Prueba de la letra E: consta de un gráfico de E mayúsculas. El niño debe indicar con los dedos la dirección de los brazos de la E señalada en el gráfico. Se realiza ocluyendo un ojo por vez.
- HOTV: se le presenta un gráfico con una combinación de las letras H, O, T y V de diferentes tamaños, a 3 metros de distancia, mientras el niño sostiene una tarjeta con estas letras. Se le pide que busque en la tarjeta la letra que el examinador le señala en la gráfica.
4 a 6 años y mayores
- Agudeza visual: Prueba de Snellen (letras y números) que se le pide al niño que visualice.
- Visión de colores: con un juego de lápices de 24 colores mezclados se le pide al niño que coloque los verdes de un lado y los rojos del otro.
Equipo de la Unidad de Prevención del IOMA
Fuente: Infobae.