Desde la aparición relativamente reciente del virus COVID-19, la incertidumbre en las personas ha crecido de manera exponencial. En ocasiones, hasta el más mínimo resfriado puede hacer saltar las alarmas. Y es que, hasta el día de hoy, este virus ha causado grandes pérdidas a nivel mundial, motivo por el cual la ansiedad se sale de control con extrema facilidad.
Una situación que saca a relucir esta incertidumbre es la época de la llamada alergia primaveral. Si bien son dos enfermedades completamente distintas, a la vista de la persona promedio, esto puede desencadenar una conducta errónea ante la situación. Es por ello que hoy te enseñaremos a diferenciar la alergia primaveral de los síntomas de la COVID-19.
¿Qué es la alergia primaveral?
La alergia primaveral es un tipo de alergia estacional caracterizada por presentarse, con mayor frecuencia, en una época específica: la primavera.
El origen de la alergia primaveral viene dado por el exceso de polen que impregna el aire del ambiente en esta época del año. Por consiguiente, aquellas personas que sean alérgicas al polen, serán aquellas que desencadenen los síntomas característicos de la alergia primaveral.
A menudo suele ser confundida con el resfriado común y, recientemente, con los síntomas de COVID leve. Sin embargo, es una enfermedad autolimitada y que no acarrea secuelas importantes, ni mucho menos es contagiosa.
¿Qué es la COVID-19?
La COVID-19 es una enfermedad de data reciente causada por un virus con el mismo nombre, cuya severidad se ve influenciada por ciertos factores de riesgo.
Como muchos ya lo saben, la COVID-19 es una enfermedad bastante contagiosa y, a diferencia de la alergia primaveral, no discrimina entre época del año ni tipo de ambiente.
Si bien el origen de este virus no se encuentra del todo dilucidado, de lo que sí estamos seguros es de la manera en que se transmite. De momento, se ha demostrado que su vía de transmisión ocurre mediante las llamadas gotas respiratorias.
Dicho de una manera más sencilla, se transmite al estar en contacto por un breve periodo de tiempo con personas contagiadas. Allí es donde radica la importancia del uso de las mascarillas faciales o tapabocas, herramientas que evitan notablemente el contagio.
En sus etapas iniciales, o en su modalidad leve, puede ser confundida con un resfriado común o algún tipo de alergia.
Cuando se trata de casos moderados y graves, usualmente los síntomas son inequívocos para COVID, por lo que requiere un esquema de tratamiento más específico.
Aunque la tasa de mortalidad en algunos países no alcanza siquiera el 10%, sí que genera mucha preocupación y ansiedad en la población el simple hecho de estar expuesto al virus.
A diferencia de la alergia primaveral, el COVID sí puede dejar secuelas importantes desde el punto de vista funcional en nuestro cuerpo.
Síntomas de la alergia primaveral
Los síntomas de la alergia primaveral suelen ser muy leves y, aunque son inespecíficos, son fáciles de controlar con tratamientos generales. Una persona con alergia primaveral, usualmente, tendrá episodios repetitivos de estornudos, que pueden llegar a ser bastante molestos.
Estos mismos estornudos desencadenan la aparición de moco de aspecto cristalino o transparente, es decir, goteo nasal. Asimismo, notaremos un enrojecimiento más que notable de la piel de la nariz.
Esta sintomatología descrita desencadena a su vez una ligera o total pérdida del olfato, y una ligera pérdida del gusto. Este vendría siendo el punto más importante del cual se aferran algunas personas para estimar que, posiblemente, estén contagiados por el virus COVID-19.
Adicionalmente, en la alergia primaveral hallaremos la presencia de ojos rojos o de lagrimeo excesivo. Todos estos síntomas, en conjunto, los pudiéramos aglomerar dentro del concepto de una simple rinitis alérgica.
Los síntomas de la alergia primaveral desaparecen fácilmente con el uso de antihistamínicos o mejor conocidos como antialérgicos, siendo esta una característica más de la enfermedad.
Síntomas de la COVID-19
Los síntomas asociados a la COVID-19 poseen algo más de complejidad. Tanto es así, que los pacientes contagiados son divididos por estratos de acuerdo a la gravedad de sus síntomas. Sin embargo, el estrato que mayor genera dudas y que se suele confundir con la alergia primaveral, tiene que ver con la modalidad leve de esta enfermedad.
Un paciente con COVID leve puede presentar fiebre de moderada intensidad, dolor de cabeza, dolor muscular generalizado, tos, malestar general y pérdida del olfato y el gusto. Estos síntomas pueden ser muy variables, dependiendo de cómo responda el organismo de cada individuo. Es decir, se pueden presentar todos a la vez, o se puede presentar uno o dos.
Generalmente, la fiebre, la tos y la pérdida del olfato y el gusto, son los síntomas que, en conjunto, levantan las sospechas de un posible caso de COVID-19.
El tratamiento aprobado internacionalmente para COVID-19 en su modalidad leve, es muy sencillo y fácil de concretar. Usualmente los síntomas desaparecen en una o dos semanas, según se encuentre el estado inmunológico de la persona, aunque pueden prolongarse.
Recomendaciones a tener en cuenta
La aparición de la COVID-19 ha generado inquietudes en la población mundial a tal punto, que cualquier mínimo síntoma puede alarmarnos. Tal es el caso de aquellas personas que sufren de alergia primaveral.
Las similitudes desde el punto de vista clínico de la alergia primaveral y de la COVID-19 son muy escasas es inespecíficas. Existen muchas otras enfermedades, sobre todo de índole viral, que pueden desencadenar la misma sintomatología y que pueden confundirse con COVID-19 a simple vista.
Por ello es fundamental que, sea cual sea el caso, acudas a un profesional en caso de que poseas dudas sobre tu posible diagnóstico.
Debes tener en cuenta que la COVID-19 puede ser una enfermedad con una evolución progresiva y que puede volverse grave en ciertos casos. Por esta razón, no debes tomarte cualquier síntoma a la ligera.
Lo ideal es que sean aplicados los mecanismos diagnósticos más apropiados para dar con una respuesta concreta a tu problema y, eventualmente, una solución viable. En el caso de sospechar de una alergia primaveral, no está de más acudir a un alergólogo en caso de nunca haber presentado síntomas similares. Por lo demás, la asesoría médica vía online o telefónica, bien puede ayudarte también a contener los síntomas desde casa, sin mayores preocupaciones.