Seguro que a muchos de vosotros os cuesta conciliar el sueño frecuentemente. Muchas veces esto se convierte en algo crónico. No podemos dormir porque no podemos dejar de pensar en lo que ha pasado a lo largo del día, en los problemas del trabajo o en temas personales… para terminar dando vueltas por no encontrar una postura que nos resulte cómoda.
Cuando esto pasa a ser algo cotidiano, el momento de irse a la cama se convierte en un momento estresante que nos angustia y aún nos dificulta más la tarea.
No os preocupéis, no todo está perdido. En este artículo os enseñaremos una técnica muy sencilla y efectiva que os ayudará a conciliar el sueño con facilidad. Relájate y descubre cómo dormir mejor.
¿Por qué es tan difícil relajarse para dormir?
El proceso mental para conseguir la relajación es algo fascinante pero también increíblemente complejo. Mientras que ante cualquier otra tarea, te vas relajando a medida que avanzas y te vas acercando a la meta, en esta empresa ocurre todo lo contrario: cuanto más intentamos relajarnos, más tensos nos ponemos.
Esto es justo lo que nos ocurre al intentar conciliar el sueño: cuanto más intentamos desconectar y relajarnos, menos lo conseguimos y terminamos por no encontrar siquiera la postura adecuada. Pero esto ocurre precisamente porque aplicamos la ley del máximo esfuerzo, lo cual es lo lógico y lo conveniente para cualquier otra tarea, pero desde luego no para esta. Hay que afrontar el problema de una manera completamente diferente.
La técnica de la relajación paso a paso
La finalidad de ésta técnica es la de incrementar paso a paso la relajación hasta quedarnos dormidos sin darnos cuenta. Básicamente consiste en inspirar y espirar aire centrándonos en nuestra propia respiración y cuerpo, y no en el hecho de cómo de relajados estamos. Debemos hacerlo como si fuéramos meros espectadores externos de nosotros mismos.
Al inspirar aire lo más importante es olvidarnos totalmente de que la meta es relajarnos. Incluso debemos olvidarnos de comprobar si nos relajamos o no al inspirar. Concéntrate sólo en tu respiración.
Al espirar deja todos los músculos del cuerpo completamente sueltos, visualizando mentalmente cómo nuestro cuerpo se relajada con cada espiración. El objetivo es estar un poco más destensados después de cada espiración, pero no te centres en eso, simplemente déjate llevar.
Debes repetir las inspiraciones-espiraciones tantas veces como sea necesario hasta quedarte dormido. ¿Fácil, no?
¿Y por qué funciona?
La espiración de aire es algo ya de por sí relajante, por lo que si se hace deliberadamente, lo habitual es que te conduzca hacia ciertaBebé dormido relajación. Además, el movimiento descendente de la espiración encaja muy bien con el movimiento igualmente descendente de una mandíbula y unos hombros relajados. Tanto los músculos faciales, como los hombros y la espalda son con frecuencia fuente de tensión corporal y dolor o malestar.
La razón por la que muchas otras técnicas de relajación –a veces mucho más directas– no funcionan, estriba en que se basan en un esfuerzo destinado necesariamente a alcanzar un objetivo concreto. Y tal y como explicábamos al principio, cuanto más esfuerzo tienes que hacer para relajarte, más tensión acumulas. Y al no ver resultados, nos esforzamos aún más, incrementando de nuevo la tensión.
Alcanzar una relajación plena es un proceso gradual. Este sistema evita el círculo vicioso esfuerzo-tensión de otros métodos. La relajación está íntimamente ligada a la auto-confianza: si crees que no vas a poder quedarte dormido, seguramente no podrás. Así que uno de los secretos fundamentales para lograrlo es tener confianza en uno mismo y en tu propia capacidad para relajarte. Con este método aumentará vuestra confianza cada vez que lo pongáis en práctica, hasta que al final se convierta en algo que podéis hacer de forma natural en cualquier momento, circunstancia o lugar.
(Fuente: masquesalud.com)