1.- Cantando. Investigadores británicos le asignaron a 20 roncadores hacer 20 minutos de ejercicios vocales diarios por tres meses. Más de la mitad del grupo reportó una reducción en sus ronquidos. Se piensa que el cantar mejora el control muscular del paladar y los tejidos de la garganta, lo que mantiene los ronquidos nocturnos bajo control. 2.-Controla los lácteos. Las comidas ricas en lácteos crean mucosidad en el cuerpo, las que pueden ser difíciles de digerir y causan debilidad a los músculos, especialmente a nivel de la tráquea. 3.- Consume alimentos indicados. Algunas comidas provocan edema, mientras que otras son anti inflamatorias. Ingiere frutas (excepto naranjas), vegetales (excepto maíz), granos (excepto soya), sustitutos de la leche (excepto leche de arroz y almendra) y alternativas naturales de azúcar como papelon o melaza. Estos cambios alimenticios también brindarán mayor energía y hasta pérdida de peso, algunos argumentan que hasta mejoran la concentración. 4.-Toma un batido de Cambur. los componentes que se encuentran en el ayudan a mantener abierta la garganta, lo que reduce la presión en las vías respiratorias mientras se duerme. 5.- Cambia tu almohada. Tu problema podría resolverse de manera tan simple como encontrar la almohada correcta que eleve tu cabeza lo suficiente para que abra los pasajes nasales.