Como escribir con la nariz (I)

Publicado el 23 marzo 2011 por Vwollstein

…o por qué el sentido del olfato.

Tengo que comenzar rindiendo homenaje al sentido del olfato. Es el más potente de todos los sentidos cuando nacemos, podemos decir que por este sentido nos abrazamos a la vida, él es el que nos acerca al amor que necesitamos para vivir, a nuestra madre en primer lugar y en segundo a nuestro padre y hermanos; es el sentido del olfato el primero que entra en funcionamiento cuando buscamos alimento, la leche materna, las primeras papillas…

Si el sentido del tacto era el gran desconocido, el del olfato es el gran ignorado y sin embargo el hombre baila al ritmo que nos marcan los olores: la nariz puede distinguir  más de 10.000 aromas diferentes.

Hay siete olores primarios: Alcanfor (naftalina), Almizcle (lo tienen las feromonas u hormonas sexuales), Flores, Menta,  Éter (líquido para la limpieza en seco), Acre (avinagrado), Podrido. Son siete aromas que son recibidos por siete células olfatorias distintas y que, salvo enfermedad, todos tenemos. Quizá todo esto a algunas personas no les diga nada, pero no se puede despreciar este estudio científico, porque es un valor objetivo que puede servirnos en nuestros escritos. Son aromas primarios y de uno a otro hay una amplísima gama de distintos olores.

El penetrante éter en las novelas de misterio o policiacas, el de las distintas flores según lo que queramos reseñar como un cementerio con margaritas y hortensias o unas rosas en una poesía romántica, el del acre en la despensa de una casa bombardeadas en una guerra, o el del almizcle en un escrito erótico donde el sudor envuelve a los besos… los niños sin nombre, en Calcuta, rebuscando en los basureros de olor nauseabundo.

Actividad propuesta:

  • Escribe dos situaciones concretas de cada uno de los olores primarios.