Trata de decir la verdad a los demás, pero sobretodo trata de ser sincero contigo mismo.
Este es el camino de la honestidad.
Se honesto con tu sentir. Se honesto sobre lo que quieres y sobre lo que crees que necesitas.
Escucha a cada instante lo que está por debajo de la fachada que en ocasiones quieres mostrar al mundo.
Está bien no sentirse bien. Está bien desear sentirse bien.
Observa como se siente el espacio interno de tu corazón. No hagas nada con eso, sólo observa.
Mira en tu propio interior como contemplas el cielo. A veces cubierto de nubes, por momentos azul celeste, lluvioso a ratos, agitado o luminoso y en calma. El cielo nunca está igual. Siempre muestra una cara diferente, cambia de un instante al otro, se renueva, se transforma. Lo mismo ocurre con tu cielo interno, se agita o se calma por momentos.
Se honesto.
Este es el camino de la sinceridad.
No quieras estar donde no estás.
No te engañes.
Respira y observa.
¿Cómo está tu cielo interno hoy?¿Acaso una tormenta no tiene su belleza cuando se aprende a mirarla?
¿No bailan los niños bajo la lluvia sin importarles ser mojados por ella?
Respirar.
Y sentir.
Y observar.
Sólo eso.
¿Cómo está tu cielo interno hoy?